Hechos 14: 19-28
Llega a su fin el primer viaje apostólico de Pablo y
Bernabé. Y en este último tramo se pone de manifiesto, una vez más, su fe, su
completa adhesión a las enseñanzas del Señor, su compromiso por anunciar la
Buena Nueva, y su gozo por colaborar con el Señor a construir su reino.
14, 19 VINIERON ENTONCES DE ANTIOQUÍA E ICONIO ALGUNOS
JUDÍOS,
de Antioquía. Recordemos que ya antes nos ha hablado
Lucas de unos judíos de Antioquía, envidiosos que alborotaron a las personas
ricas de la ciudad y a los principales para perseguir y echar de su territorio
a Pablo y a Bernabé (ver Hch 13, 50). Se ve que no contentos con ello, los
vinieron a seguir hasta acá.
e Iconio. Recordemos que también en Iconio enfrentaron
Pablo y Bernabé la animadversión de un grupo de judíos que pusieron en contra
suya a los gentiles (ver Hch 14, 2.5). Se les juntan aquí enemigos de dos
ciudades que unen fuerzas para atacarlos.
Y, HABIENDO PERSUADIDO A LA GENTE, LAPIDARON A PABLO
lapidaron a Pablo. Es decir, le arrojaron piedras para
matarlo. La lapidación era el castigo acostumbrado para los blasfemos (ver Lev
24, 14). En su carta a los Corintios, el propio Pablo recuerda esta lapidación
(ver 2Cor 11, 25). Un cambio de escena casi incomprensible primero se le rinde
homenaje como a un dios, y luego yace magullado bajo las piedras. Yo le
mostraré cuántas cosas deberá padecer por Mi nombre' habían dicho el Señor con
respecto a Pablo -en Hch 9, 16.
Y LE ARRASTRARON FUERA DE LA CIUDAD, DÁNDOLE POR
MUERTO.
Se ve que lo dejaron, como decimos en México para el
arrastre. Creen haberlo matado. Se cumple lo que había anunciado Jesús en Jn
16, 2: "llegará la hora en que todo el que os mate piense que da culto a
Dios.
14, 20 PERO ÉL SE LEVANTÓ
Esto nos recuerda lo que dice Pablo en 2Tim 3, 11,
carta que es como su 'testamento espiritual', que escribe desde la cárcel a su
querido amigo y discípulo Timoteo, que por cierto era de Listra, poco antes de morir.
Conmovedores también resultan los textos de 2Cor 4, 7-11. 16-18; 6,4ss; que
muestran de dónde le
viene a Pablo la fuerza para levantarse de nuevo: de
Aquel que se levantó sobre la muerte.
Y, RODEADO DE LOS DISCÍPULOS, ENTRÓ EN LA CIUDAD.
Aquí vale la pena hacer un alto para reflexionar en
una característica extraordinaria de Pablo. Su voluntad de regresar a la ciudad
a pesar de todo lo que ahí acaban de hacerle. Alguno lo considerará quizá
necedad, imprudencia. En realidad se trata de dos cosas: un celo inmenso por
convertir a sus hermanos a pesar de ellos mismos, y una enorme capacidad de perdonar,
surgida del perdón incondicional que él mismo recibió del Señor y de la
comunidad cristiana.
rodeado de los discípulos. Qué enseñanza tan grande de
celo apostólico y de perdón le da Pablo a la comunidad cristiana. Creo estar en
lo cierto al suponer que muchos de los que lo apedrearon, ahora se sintieron
admirados de su valor, de su convicción, de su capacidad de devolver bien por
mal. Sin duda muchos de ellos abrazaron la fe. A la hora de dar un testimonio,
la actitud de una sola persona puede más que mil palabras...
AL DÍA SIGUIENTE MARCHÓ CON BERNABÉ A DERBE.
Derbe. Tal vez Pablo recorrió en carruaje los 40
kilómetros que separaban a Listra de Derbe, a través de un camino escabroso que
les llevaba los confines de la provincia romana de Galacia. Aquél había sido un
paraje hasta hacía poco tiempo infestado de ladrones. Derbe es la primera
estación misionera de donde los dos apóstoles parten sin ser arrojados por la
violencia, deciden volver sobre sus pasos por la misma ruta que hasta aquí han
llevado, con el propósito de robustecer más las comunidades fundadas y darles
cierta organización; obligados a salir precipitadamente, no habían tenido
tiempo de designarles jefes.
14, 21 HABIENDO EVANGELIZADO AQUELLA CIUDAD Y
CONSEGUIDO BASTANTES DISCÍPULOS, SE VOLVIERON A LISTRA, ICONIO Y ANTIOQUÍA,
Regresan a donde ya han estado, pero ésta vez con un
propósito distinto: dar ánimos a la comunidad que van a dejar ahí, porque
seguramente han estado enfrentando mucha oposición y además se sienten temerosos
después de ver lo que le pasó a Pablo.
14, 22 CONFORTANDO LOS ÁNIMOS DE LOS DISCÍPULOS,
Dice Pablo: Demos gracias a Dios, Padre de nuestro
Señor Jesucristo, Padre de misericordia y Dios de todo consuelo, que nos
consuela en nuestras tribulaciones para que podamos consolar a otros con el
consuelo con que somos consolados por Dios." (2Cor 1, 3-4). Leer también:
2Cor 1, 5-11; Pablo se ha sentido consolado por Dios. Físicamente ha vivido
situaciones muy difíciles, pero la gracia y la paz de Dios no lo han abandonado
jamás. No en balde es lo que con frecuencia desea para sus comunidades y con lo
que suele empezar las cartas que les dirige (ver Rom 1,7; 1Cor 1,3; 2Cor
1,2...etc.).
Pablo está consciente de que su misión es predicar la
buena nueva a los pueblos paganos, pero no por ello descuida a los miembros de
sus comunidades. Siente por ellos un amor inmenso, y se mantiene siempre
pendiente de ellos. Alguna vez les escribirá expresando este amor (ver 2Cor 11,
28-29).
En otra ocasión escribe 'ansío veros a fin de
comunicaros algún don espiritual que os fortalezca, o más bien, para sentir
entre vosotros el mutuo consuelo de la común fe: la vuestra y la mía (Rom
1,11-12).
EXHORTÁNDOLES A PERSEVERAR EN LA FE
Como ya hemos comentado, la fe consiste en decir 'sí'
a Dios, y es difícil perseverar en ella en un mundo que una y otra vez te
invita a decir no. Consideremos que los discípulos que habitaban en estas
regiones enfrentaban una situación muy difícil: eran los primeros cristianos en
esos lugares; sus costumbres, su fe, era considerada algo extraño y con
frecuencia era objeto de burlas o de persecución. No tenían Biblias, no habían
recibido cursos, su fe era apenas como una plantita recién nacida enfrentada al
ventarrón y al sol inclemente.
Pablo no puede permanecer con ellos mucho tiempo, así
que aprovecha su estancia entre ellos para darles enseñanzas que los sostengan
para no desfallecer cuando las cosas se pongan complicadas:
Y DICIÉNDOLES: ES NECESARIO QUE PASEMOS POR MUCHAS
TRIBULACIONES PARA ENTRAR EN EL REINO DE DIOS.
Tal como hizo Jesús con los discípulos, Pablo anuncia
que las dificultades no son la excepción sino más bien la regla que debe
enfrentar aquel que quiere entrar en el Reino de Dios. Y esto no se refiere al momento
de morir: entrar en el Reino significa entrar en la dinámica del Reino, en la
dinámica del amor, del perdón, de la verdad, de la justicia, de la paz. El que
se atreve a vivir esto en un ambiente que promueve lo contrario enfrentará sin
duda muchas tribulaciones. Pero esto no debe ser motivo de desánimo. Dice
Pablo: "nos gloriamos hasta en las tribulaciones, sabiendo que la
tribulación engendra la paciencia; la paciencia, virtud probada; la virtud
probada, esperanza, y la esperanza no falla, porque el amor de Dios
ha sido derramado en nuestros corazones por el
Espíritu Santo que nos ha sido dado" (Rom 5, 3-5)
14, 23 DESIGNARON PRESBÍTEROS EN CADA IGLESIA
Pablo deja organizadas las iglesias de estas regiones,
con un presbítero al frente de cada una.
Y DESPUÉS DE HACER ORACIÓN CON AYUNOS, LOS
ENCOMENDARON AL SEÑOR EN QUIEN HABÍAN CREÍDO.
oración con ayunos. Recordemos que en ocasiones
especiales, Jesús exhortaba a Sus discípulos no sólo a orar sino a ayunar, es
decir, a hacer una oración comprometida, que involucrara todo el ser, que
incluyera una ofrenda de uno mismo, un sacrificio, una donación por el otro.
los encomendaron al Señor en quien habían creído. Qué
bello que Lucas aclara que Pablo y Bernabé no pretenden que los nuevos
presbíteros sean dependientes de ellos, sino que les hacen sentir que ahora
están en manos de Aquel en quien han creído. No los dejan solos y abandonados,
sino en la mejor compañía.
14, 24 ATRAVESARON PISIDIA Y LLEGARON A PANFILIA; 14,
25 PREDICARON EN PERGE LA PALABRA Y BAJARON A ATALÍA.
Como quien dice, desandan sus pasos y vuelven a pasar
por regiones que han visitado a la venida.
14, 26 ALLÍ SE EMBARCARON PARA ANTIOQUÍA, DE DONDE
HABÍAN PARTIDO ENCOMENDADOS A LA GRACIA DE DIOS PARA LA OBRA QUE HABÍAN
REALIZADO.
de donde habían partido. Ver Hch 13, 2-3; Se cierra el
círculo. Pablo y Bernabé terminan su primer viaje apostólico y regresan. Qué
bello que Lucas enfatiza que vuelven al sitio de donde partieron 'encomendados
a la gracia de Dios'. Como que quiere dar a entender que Aquel que los envió,
se encargó de traerlos de nuevo, bien y contentos por una obra que rindió
numerosos frutos.
14, 27 A SU LLEGADA REUNIERON A LA IGLESIA
la Iglesia. Seguramente esto se refiere a los miembros
de la comunidad de Antioquía de Panfilia que fueron mencionados en Hch 13, 1;
Y SE PUSIERON A CONTAR TODO CUANTO DIOS HABÍA HECHO
JUNTAMENTE CON ELLOS
Imaginamos la escena: Pablo y Bernabé, fatigados del
viaje pero felices de haber vivido una experiencia de ser apóstoles, de saberse
y sentirse enviados y sostenidos en todo momento por el Señor, les cuentan sus
aventuras a sus amigos y compañeros en la fe. Cuántas anécdotas, cuántas
historias les han de haber compartido, y sin duda todas ellas sin el menor
asomo de presunción o vanidad por lo conseguido.
Lucas aclara que eran muy conscientes de que Dios lo
había hecho todo, a través de ellos. Alguna vez Pablo comentará que Dios escoge
a lo peorcito de este mundo para llevar a cabo Su obra, de modo que nadie pueda
gloriarse y creerse lo máximo, sino que todos sean conscientes de que todo es
don y gracia que viene de Dios.
Y CÓMO HABÍA ABIERTO A LOS GENTILES LA PUERTA DE LA
FE.
Qué gozo para Pablo y Bernabé compartir con sus
hermanos la alegría de saberse instrumentos para la universalización de la
iglesia, para que la fe llegara a todos los pueblos. Recordemos que estamos
aquí al inicio del cristianismo, cuando muchos de los creyentes pensaban que
sólo los judíos estaban destinados
recibir la Buena Nueva. ¡Qué maravilla descubrir que
el plan de amor de Dios es para todos!
14, 28 Y PERMANECIERON NO POCO TIEMPO CON LOS
DISCÍPULOS.
Lucas no especifica el tiempo, pero esta frase permite
adivinar que cuando menos unos meses permanecieron Pablo y Bernabé gozando de
la compañía de sus queridos hermanos en la fe.
Así fue el primer viaje apostólico del apóstol Pablo
por los mares y rutas de esa parte del Asia que nosotros llamamos Oriente
Próximo. Detrás quedaba fuertemente enhebrado un rosario de nuevas comunidades
cristianas: Salamina, Pafos, Antioquía, Iconio, Listra, Derbe y Perge. A muchas
de ellas volvería a visitarlas Pablo en sus próximos viajes.