Aunque el término reformado se ha utilizado en ocasiones para hacer alusión a todas las iglesias protestantes que han aceptado los principios de la Reforma, aquí se emplea conforme a su significado más preciso, es decir, para referirse específicamente a los órganos eclesiásticos que tienen raíces teológicas e históricas en la Reforma encabezada por suizos y franceses (Juan Calvino, Ulrich Zwinglio, Bullinger, etc.). La suposición primordial de las iglesias reformadas es que Cristo resucitado es la única cabeza de la iglesia. Por lo tanto, no se hace hincapié en ninguna persona o grupo élite especial que haya recibido a través de la revelación directa o por la imposición de las manos poderes extraordinarios de autoridad. Las doctrinas están determinadas tradicionalmente por principios tales como la sola Escritura, la salvación por la gracia a través de la fe en Jesucristo, la soberanía de Dios y el llamado a ser agentes de transformación en el mundo. El culto es normalmente sencillo, metódico y digno, destacando la importancia de escuchar y predicar la Palabra de Dios. Son pocas las iglesias reformadas y presbiterianas que celebran cada semana la eucaristía; las celebraciones eucarísticas mensuales son más comunes. El nivel de educación necesario para convertirse en pastor presbiteriano o reformado es tradicionalmente elevado.
Por regla general, las iglesias reformadas se adhieren, con algunas variaciones, a una forma de sistema de gobierno eclesiástico en que la iglesia está encabezada por pastores ordenados o presbíteros diáconales organizados en distintas estructuras. Estas incluyen el nivel eclesiástico local (consistorio o consejo), el nivel eclesiástico regional (presbiterio), el nivel nacional (sínodo general). Los sínodos están compuestos por miembros de varios presbiterios dentro de un área amplia y en algunos casos constituyen el último órgano legislativo. Normalmente, el sínodo general son el órgano legislativo y administrativo supremo. Los defensores de esta estructura de gobierno en los siglos XVI y XVII no la consideraban una innovación sino un redescubrimiento del modelo apostólico hallado en el Nuevo Testamento. Según Calvino, la Iglesia Primitiva tenía cuatro oficios diferentes: pastores, maestros, diáconos y presbíteros. Calvino reconocía, sin embargo, que podrían ser adoptados otros oficios.
La familia reformada tiene un amplio espectro. Cuenta con iglesias de la época de la Reforma histórica, que ahora comparten mucho con otros protestantes de la línea principal. Incluye iglesias de los movimientos pietista y de separación de los siglos XVIII y XIX, cuyo renovado compromiso con las Escrituras y los documentos confesionales reformados continúa influyendo en sus valores actuales. En el siglo XX, algunas iglesias también se vieron influenciadas por las tradiciones evangélica y pentecostal.
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