Tema 4 El Antiguo Testamento y el arte de la resiliencia Miércoles 16 Febrero
I. Introducción
Hacia el año 1200 a. C, el gobierno del pueblo hebreo carecía de centralización y era ejercido en situaciones de crisis por los jueces. Uno de ellos fue Sansón, cuyo mandato se extendió por veinte años. (Jueces 13-16) Fue famoso por sus hazañas contra los filisteos, y fue el autor de proezas que muestran la profunda convicción del pueblo judío sobre la obediencia incondicional a Dios, y las terribles consecuencias que implicaban romper el pacto divino.
Sansón había nacido de mujer estéril y por decisión divina, fue consagrado nazareo, o sea a Yahvé, el único Dios. Esta situación impedía cortarse el cabello y la barba, además de no tener contacto con cadáveres y abstenerse de consumir productos de viña. La relación de Sansón con los filisteos y el sexo femenino, fue siempre complicada.
De hecho se le reconoce tres casamientos con mujeres filisteas. Dalila fue la tercera dama que lo condujo por la senda de los problemas, y también era filistea. Dalila era cómplice de los miembros de su pueblo y su propósito era conocer el secreto de la fuerza de Sansón. El nazareo, al principio, temió ser engañado y mintió, pero luego, seducido por la hermosa mujer, le confesó que en su larga cabellera radicaba su poder, ya que sus votos como nazareo le impedían cortárselo, y Dios le quitaría como castigo, su fuerza, si lo hiciera.
Dalila, en posesión del secreto, lo durmió y le cortó su cabellera. Esto le permitió a los filisteos dominarlo, sacarle los ojos, y llevarlo a Gaza donde se lo condenó a dar vueltas a una muela de molino. Dalila, en posesión del secreto, lo durmió y le cortó su cabellera. Esto le permitió a los filisteos dominarlo, sacarle los ojos, y llevarlo a Gaza donde se lo condenó a dar vueltas a una muela de molino. Objeto de las burlas, humillado y ultrajado, imploró Sansón a Dios por la recuperación de sus fuerzas, en un templo filisteo donde se le rendía homenaje al dios Dagón, donde Sansón era obligado a permanecer como objeto de escarnio.
Dios se conmovió y le devolvió las fuerzas, ante lo cual, Sansón consiguió desplomar las columnas que sostenían el templo, ocasionando la muerte de los asistentes.
II. Indicadores de la falta de aceptación.
1. Impaciencia y activismo. Las personas que están tratando de hacer cosas constantemente o intentan cambiar el mundo y a las personas de su alrededor carecen a menudo de aceptación. No tienen confianza en los demás y por eso ellos mismos han de hacerlo todo. A la larga esta actitud les conduce al fracaso y al agotamiento físico. Buscan la paz, pero no la encuentran en ningún sitio. Creen que ellos han de dirigir todo lo que acontece y cuando encuentran el rechazo en los demás se sienten frustrados. Nunca esperan el tiempo adecuado para hacer las cosas, son ellos los que marcan el tiempo de actuar. Siguen la moda social de no “perder el tiempo”
2. Deficiente cultura del error.
Donde quiera que haya personas, donde quiera que haya relaciones interpersonales se cometen errores. Si no aceptas que puedes cometer errores o que los demás lo hacen tienes un problema. No se puede vivir sin subsanar errores, sin pedir disculpas, sin aceptarlas. Si en vez de hacer lo posible para aprender de los fracasos, se buscan excusas o justificaciones como la culpa no es mía, yo no lo sabía, etc es que tienes un mal concepto del error. Las personas que han vivido en círculos donde se han castigado los errores de una manera poco pedagógica suelen evitar correr riesgos y prefieren por no cambiar nada de su vida.
3. Rezongar, protestar y cavilar. Las personas descontentas siempre cuentan las mismas historias, los mismos detalles donde los han tratado mal, pero no son capaces de superar este estadío. Como pasan mucho tiempo ofuscadas y enojadas van de mal en peor. Un estado de infelicidad se une con otro. Y así un día tras otro. Cavilar constantemente sobre vivencias pasadas que no se pueden cambiar contribuye a que uno se quede atascado en esa visión enojosa de la vida. Refunfuñar es una especie de quejido. Es una manera de hacerse la victima. Es una especie de lamento que sustituye la confrontación constructiva. Nadie quiere estar cerca de una persona que solo esta rezongando y lamentándose.
4. Represión. A veces cuando estamos en medio de una crisis es aconsejable aislarse un tiempo y concederse un descanso antes de tomar una decisión. La represión suele ser también una manera de autocontrolarse. Cuando nos detenemos y dejamos de pensar en la situación que nos agobia prevenimos que las emociones nos gobiernen, que hagamos o digamos algo de lo cual nos podremos arrepentir después. No es lo mismo una sana represión que la negación de la realidad.
III. ¿Cómo buscamos soluciones?
¿Delante de un problema cómo actúas? ¿A qué dedicas más tiempo, a analizar y lamentarte de lo que te ha ocurrido o a buscar soluciones? ¿Son tus soluciones no problemáticas?¿Qué opinas de Sansón?
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