Éx.8:1-6 Domingo 20.02.2011
Si alguien te preguntará cual ha sido el momento más grande de tu vida ¿qué responderías?
A Uds. sólo les conozco un poco, pero sé que han pasado por momentos extraordinarios y por eso han llegado esta mañana hasta aquí. Quizás el momento más grande sea el de ahora. Y digo esto porque quizás ahora tú puedas encontrarte con Dios. Si los reformados tuviéramos otro sacramento, este sacramento sería el del encuentro con Dios en este momento. En este instante. Y es que ahora nuestro aire está lleno de Dios, Nuestro espacio lo compartimos con El. El ha cumplido su promesa y está en medio de nosotros. Si Dios va a hablarte hoy lo hará en este momento cuando estás rodeado de las personas que comparten tu fe. Si Dios va a bendecirte lo hará ahora, en este día.
Si este es el momento más grande de tu vida, entonces quiero compartir contigo la palabra más peligrosa del castellano. Se haya en el relato que hemos escuchado del libro de Éxodo. Por siglos los hebreos han estado de esclavos en Egipto y ahora quieren libertad. Es el conflicto entre los sindicatos y la empresa. El Faraón es un empresario duro. Moisés es el jefe de los obreros, pero le falta fuerza y los obreros están desanimados. Así que Dios le da a Moisés algunas buenas fichas para que haga bien su trabajo de reclamar. Le da diez plagas. La segunda de las plagas es a mí entender la más memorable. Dios envía un ejército de ranas a que se meta en el palacio del Faraón, en su comida, en su cama.
Los estudiosos del Antiguo Testamento creen que de lo que se trata aquí es de ridiculizar al Faraón. No se puede comer si hay ranas por todos los sitios, no se puede dormir ranas si para donde quiera que te das la vuelta hay ranas. Y es que hay ranas por todos los sitios.
Así que el Faraón le pide a Moisés que haga una oración para eliminar las ranas. Moisés que es muy cortés le dice que decida el Faraón donde quiere que haga la oración. La respuesta del Faraón es de una sola palabra: mañana. Esta es la palabra más peligrosa del castellano: mañana. Esperemos a mañana. El faraón prefiere pasar otra noche molesta rodeado de ranas a perder sus esclavos. Esta actitud no solo es incomprensible sino que se vuelve irracional.
Los seres humanos somos muchas veces como el Faraón. Preferimos tolerar y convivir con cosas desagradables en nuestras vidas que deshacernos de ellas. Tres ejemplos: 1º. Una mujer que guarda rencor contra su esposo no solo la priva de amor, sino que está destruyendo su propia vida. 2º. Un hombre adicto al sexo vuelve una y otra vez a Internet aunque sabe que se está destruyendo y después se siente culpable. 3º. Un hombre ahogado en deudas ve algo que le gusta y saca su tarjeta de crédito y lo compra.
Mañana es la palabra más peligrosa que podremos pronunciar en Aragón. Puede hacernos manejar mal el dinero, puede significar problemas en el trabajo o en la familia, puede erosionar nuestra estima y emociones. Nunca dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Aquí y ahora.
Lo que más importa es que Dios está presente en este instante y que se ofrece su colaboración para que puedas vivir tu vida. ¿Le responderás mañana? Es el autor de la carta a los hebreos el que nos recuerda: Si hoy escucháis lo que Dios dice, no endurezcáis vuestro corazón…
La mayoría de nosotros hemos fijado condiciones a nuestra mente y creemos que cuando se cumplan esos criterios ese será el comienzo del momento más grande de nuestras vidas. De hecho creemos que en algún lugar del futuro está nuestro encuentro con Dios. Que para colaborar con El hay que esperar a mañana. Decimos, por ejemplo, cuando nuestros hijos sean mayores podremos hacer más cosas por la iglesia, cuando no tenga tanto trabajo podré ir y estar con mis hermanos, cuando sea más disciplinado podré leer la Biblia, cuando aprenda a orar podré hablar con Dios, cuando sea más consagrado me comportaré como un cristiano y así hacemos nuestras listas. Pero son listas donde lo importante se deja siempre para mañana.
Algunos que se dicen cristianos pasan toda su vida en este marco mental. Cuando la palabra nos dice que Dios está más cerca de lo que tú piensas, quiere decir que El está disponible para ti en este mismo momento, aquí y ahora. Siempre ahora. Solo ahora.
Una diferencia entre el cristianismo y otros modelos de fe podríamos verla en la manera en que otros sistemas de creencias buscan espacios sagrados, nosotros los cristianos hacemos sagrado el lugar donde estamos; pero más que un lugar buscamos un tiempo, por eso Israel guardó el día de reposo y lo hizo sagrado, para encontrarse con Dios. Y es que para el hombre la vida está formada por tiempo, no por lugares.
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