Estudio bíblico
La libertad cristiana es privilegio y responsabilidad.
"Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros". Gálatas 5:13
Introducción
En un tiempo el apóstol Pablo fue un esclavo de la ley. Fue librado de la ley cuando conoció a Cristo. Sin embargo, reconocía que no debía abusar de la libertad que tenia en Cristo. La libertad cristiana conlleva una gran responsabilidad y debe siempre ser motivada por el interés por los demás. Pablo se negaría a sí mismo la libertad legítima cuando causara problemas a los demás que carecían del entendimiento espiritual que él poseía. El prefería la conciencia de ellos a sus derechos propios. La gran misión de Pablo fue ganar almas perdidas para Cristo. Mientras que lo primordial para Pablo era obedecer a Dios, lo segundo era no estorbar a los demás con algunas acciones propias. Dejaría a un lado su propia libertad para ganar a alguien para el evangelio.
I. La libertad y la responsabilidad (1 Corintios 10:23 a 11:1)
A. Los límites de la libertad
"Todo" (versículo 23) incluye la enseñanza de Pablo tocante a lo que uno puede comer y beber. Pablo repite la palabra, poniendo énfasis en que ningún alimento en sí es pecaminoso. Parece que en realidad citaba a algunos de los miembros de la iglesia que insistían en que les era permitido comer o beber lo que quisieran. Bajo la gracia no estaban atados por las leyes dietéticas de Moisés, así que Pablo estuvo de acuerdo en que de veras podían comer y beber lo que quisieran.
Pregunta. ¿Por qué se deben reconocer los limites la libertad?
Sin embargo, Pablo respaldó su respuesta con dos declaraciones. La primera es: "No todo conviene", ni aprovecha. La segunda declaración es: "No todo edifica", o sea, no eleva a los demás ni promueve su bienestar. Debemos interesamos no sólo por nuestros propios intereses, sino por el "bien" de los demás (versículo 24).
B. El interés por los demás
La carne que se vendía en el mercado ya no tenía ningún significado religioso aunque hubiera sido ofrecida a un ídolo antes de venderse. Cuando el cristiano compraba la carne, Pablo dijo que no debía hacerse preguntas sobre dónde había estado antes de traerla al mercado. Después de todo, el Señor puso a los animales sobre la tierra y le pertenecen junto con todo lo demás (versículos 25 y 26). El ofrecer la carne a los ídolos sin vida no podía cambiar el hecho de que Dios es el dueño del mundo y todo lo que en él hay.
En el versículo 27 Pablo aplicó el mismo principio al cristiano a quien se invita a una comida en la casa de un incrédulo. Si no se menciona nada acerca de la carne sobre la mesa, el cristiano debe comerla, pero luego viene otro principio: El incrédulo podría decir: "Esto fue sacrificado a los ídolos" (versículo 28). En ese caso, el cristiano debería abstenerse, no porque le afectara la conciencia, sino por la posible influencia en el incrédulo. Si el creyente comiera la carne después que se le hubiera dicho que había sido ofrecida a los ídolos, eso sería como aprobar la idolatría.
En los versículos 29 y 30 Pablo se anticipó a la pregunta: "¿Por qué se ha de juzgar mi libertad por la conciencia de otro?" El versículo 31 la contesta enfáticamente: "Porque debes glorificar a Dios en todo lo que hagas, incluso el comer y beber." No le traería ninguna gloria a Dios si los cristianos hicieran algo que estorbara a los demás.
Pregunta: ¿Hasta qué punto pueden las acciones de una persona hacer que otros tropiecen?
El versículo 33 no implica que Pablo comprometería los principios cristianos para complacer a todos. Quiso decir que al ejercer su libertad cristiana no pensaría sólo en sus propios intereses. Hiciera lo que hiciera, incluso el comer y beber, haría todo lo posible para no poner obstáculos que estorbaran la salvación de los demás.
"No procurando mi propio beneficio, sino el de muchos" es el principio que guiaba a Pablo. Eso explicaba los límites que se había fijado en el ejercicio de la libertad que le pertenecía con justicia.
Los cristianos a menudo se enfrentan a costumbres que no se mencionan en la enseñanza bíblica. En este pasaje, Pablo establece dos pruebas para hacer la debida elección. En primer lugar, hay que considerar si cierto acto haría tropezar a alguien, o sea, si crearía un estorbo al incrédulo o al cristiano débil. Luego se debe decidir si esa actividad le daría gloria a Dios. ¿Podríamos contar con su bendición si la realizamos? Junto con la oración, esas dos guías dan una manera razonable de decidir el comportamiento cristiano.
II. El abuso de la libertad (1 Corintios 11:17-22)
A. Las divisiones siguen
Este pasaje contiene algunos de los reproches más duros de Pablo. Al comienzo del capítulo 11 dijo: "Os alabo, hermanos" (versículo 2), y mencionó su agradecimiento por su atención a sus enseñanzas. Sin embargo, tenía que tratar otra situación en la que no los podía encomiar. Introdujo esta sección de critica con un breve elogio para ablandar la dureza de su reproche, "no os alabo" (versículo 17).
Pregunta: ¿Cómo puede la asistencia a la iglesia convertirse en una función vacía?
Pablo dijo que sus reuniones en la iglesia hacían más mal que bien: "Porque no os congregáis para lo mejor, sino para lo peor". El problema tenía sus raíces en las divisiones que seguían destrozando a la congregación. Pablo trataba de ser amable diciéndoles que "en parte" creía lo que había oído acerca de las razones por la falta de unidad. Esperaba que no fuera todo cierto pero estaba seguro que era más que un rumor.
Las disensiones de las que habla en el versículo 19 pueden ser el resultado de la difusión de la falsa doctrina, pero este no era el caso de ellos. La iglesia se había fragmentado por otras razones. Pablo dijo que si algo bueno podría resultar de tales divisiones, sería la revelación de los que seguían al Señor de veras. La conducta de los verdaderos discípulos pondría a luz los malos motivos de los que no seguían al Señor.
B. La conducta vergonzosa
Los corintios se burlaban de la cena del Señor. En la iglesia primitiva, a la participación en la Cena del Señor a menudo precedía un banquete de amor llamado el ágape.
Lo podríamos llamar una comida de confraternidad. Cada familia traía comida y todos comían juntos antes de participar en la comunión. Esa comida debía haberlos preparado para un precioso tiempo de adoración en la mesa del Señor.
Pregunta: ¿En qué sentido despreciaban algunos corintios a la Iglesia?
Sin embargo, lo que tenía la intención de ser un sagrado recordatorio del sacrifico de Jesús se degeneró hasta el punto en que no merecía el nombre de la Cena del Señor (versículo 20). No todos los miembros de la iglesia estaban en el mismo nivel económico. El versículo 21 describe el problema. Los ricos traían mucha comida y se daban a la glotonería, pero otros eran tan pobres que no podían traer nada o traían muy poco. Los ricos deberían compartir su comida con los pobres, pero no lo hacían. Lo peor de todo es que se preocupaban tanto por su propio placer que se emborrachaban. La reunión se había convertido en fiesta y no de adoración.
En el versículo 22, Pablo les informa que si quieren celebrar así, sea en sus hogares, no en la iglesia. Tal comportamiento demostraba desprecio a la iglesia. Pablo volvió a repetir su introducción al tema, primero preguntando: "¿Os alabaré?" Terminó diciendo enfáticamente: "En esto no os alabo." En el resto del capítulo Pablo les recordó cómo se había originado la Cena del Señor. Siguió advirtiéndoles sobre las serias consecuencias espirituales que les esperaban si no se arrepentían y cambiaban su comportamiento.
Todos los creyentes están en el mismo nivel ante Dios, no importa cuál sea su nivel social ni su posición económica. Los que tienen abundancia deben compartirla con los necesitados. Las diferencias en los niveles de bendición material no deben ser causa de división.
III. El debido uso de la libertad (1 Corintios 9:19-23)
A. El sacrificio de los derechos personales
Muy a menudo los enemigos de Pablo lo atacaban respecto a su autoridad apostólica. Pablo sentía mucho tener que rendirles cuentas a sus críticos, pero creía que era necesario. En el capítulo 9 expone los distintos "derechos" que tenía por ser apóstol. Al que le dedicó más espacio fue a su derecho de recibir sustento financiero de las personas a quienes servía.
Pregunta: ¿Qué motivaba a Pablo para no exigir que se le sostuviera con dinero?
Pablo había sacrificado ese derecho y se sostenía mientras predicaba el evangelio para que no se le acusara de interesarse sólo en el dinero de los hermanos.
En los versículos 19-23 Pablo amplió su explicación de la manera en que limitaba el ejercicio de sus derechos por el bien de los demás. Nadie proclamó la gloria de la libertad en Cristo con más ahínco que Pablo.
B. Siervo de todos
En el versículo 19 Pablo dijo que era libre pero que se había hecho siervo de todos con el propósito de ganarlos para Cristo. Al llamarse "siervo [esclavo] de todos," da el ejemplo de Jesucristo que dijo: "El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir" (Mateo 20:28).
Aunque Pablo era apóstol de los gentiles, también ministraba a los judíos. Trabajaba entre los creyentes que eran fuertes y maduros y también entre los débiles. Dondequiera que iba. Pablo respetaba la cultura y las convicciones de la gente cuando lo podía hacer sin comprometer las normas de Dios. No ostentaba su libertad ni hacía lo que ofendiera a los que le rodeaban por tener el "derecho".
Pablo estaba consciente de que el pueblo obedecía la ley. A veces él la obedecía por el bien de los judíos a quienes predicaba. Cuando llevó consigo a Timoteo a Derbe y a Listra, Pablo lo circuncidó porque los judíos allí sabían que el padre de Timoteo era gentil (Hechos 16:1-3). En Hechos 18:18 Pablo se rapó la cabeza después de haber hecho un voto, costumbre común entre los judíos. Hechos 21:20-26 registra otra ocasión cuando participó en ceremonias importantes para los judíos para no ofenderlos. Pablo no transigía en la predicación del mensaje de la salvación en Cristo solo. Hizo cosas que no estaba obligado a hacer para poder evitar las ofensas que hubieran estorbado sus esfuerzos de ganar a la gente para Cristo.
Pregunta: ¿Cambió Pablo el mensaje del evangelio haciéndose como judío a los judíos?
Pablo dijo claramente que nunca se había comportado desordenadamente. Sin embargo, cuando ministraba a los gentiles que nunca habían observado la ley de Moisés, respetaba su cultura mientras no entrara conflicto con su lealtad a Cristo (versículo 21). Su referencia al débil (versículo 22), sin duda alguna, era a los creyentes espiritualmente inmaduros de los que escribió en el capítulo 8. Para su beneficio, Pablo no haría uso de su libertad de comer carne ofrecida a los ídolos. "Por causa del evangelio" subraya toda la perspectiva de Pablo en lo tocante a la libertad cristiana. El refrenaría sus propios deseos y libertad si fuera necesario para asegurarse de no estorbar la influencia del evangelio (versículo 23).
Pablo no sugirió que se puede hacer algo sobre lo que se tiene dudas para poder "alcanzar" a los perdidos. Se refería a lo que puede acomodar los sentimientos de ellos sin violar las Escrituras. Si somos sensibles al Espíritu Santo nos dará la sabiduría para conocer nuestras limitaciones. La motivación debe ser ganar al pecador, no aprobar su pecado.
Aplicación
Aunque estamos libres de los ritos de la ley de Moisés, todo lo que hacemos debe glorificar a Dios. Esto debe ser siempre lo primordial. En muchas ocasiones la libertad también incluye a otras personas. ¿Acaso algo que hagamos con conciencia limpia impedirá que alguien encuentre a Cristo o le causará problemas a un cristiano cuya estabilidad espiritual no sea firme?
La libertad es una bendición aun cuando reconozcamos sus limitaciones. Muchos "exigen sus derechos" y se apresuran a quejarse si las leyes estorban esos derechos. Algunas veces estos clamores provienen del espíritu rebelde y la determinación de estar libre de toda restricción. Tal actitud es completamente contraria al Espíritu de Cristo. "Hacer lo suyo" no concuerda con el estilo de vida de sus seguidores.
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