Lo puedo recordar con claridad. Estoy de pie delante de la asamblea anual de mi denominación dando un informe sobre nuestros esfuerzos sobre la plantación de iglesias. Y resulta que no habíamos logrado implantar ni usa sola iglesia ese año. Yo no me sentía cómodo. Pero si pude trasmitir una idea positiva. Los que formábamos el Departamento estábamos convencidos de lo que era una iglesia.
Generalmente las personas encargadas de iniciar iglesias no estamos seguros, hasta ese momento, en definir lo que una iglesia es. Yo había intentado ser honesto y por ello me negué a no tratar el problema de la definición de iglesia. Y es que resulta que la definición de esta entidad, es como una serpiente que tiene tantas formas y expresiones a lo largo de los siglos que no es tan fácil como parece ponerle una etiqueta. La definición del diccionario Merriam-Webster habla de un tipo de construcción donde los cristianos se reúnen. El Nuevo Testamento, refiriéndose a la iglesia no lo entiende de esta misma manera. Entonces, ¿cuál es una comprensión del Nuevo Testamento sobre iglesia?
Hay cerca de sesenta mandamientos en el Nuevo Testamento dirigidos a los seguidores de Cristo que contienen las palabras: unos a otros. Mandamientos como Amad los unos a los otros, dar preferencia unos a los otros, orar unos por los otros, confesad vuestros pecados los unos a otros, enseñaros los unos a los otros, y llevad las cargas los unos de los otros, no nos aclaran mucho sobre que se entiende en el Nuevo Testamento que es la iglesia. en nuestra definición de iglesia. Pero más alarmante es que muy pocos de estos mandamientos, tan importantes para nosotros, logran ser obedecidos en un típico servicio de adoración dominical y sin embargo, asumo que ellos definen lo que la iglesia es.
¿Por qué estamos tan dispuestos para incluir la predicación en nuestra definición de iglesia y renunciamos con tanta prontitud a todas las actividades que se supone que debemos hacer con nuestros hermanos, los otros? No nos puede resultar extraño, entonces, que la iglesia de hoy se parece más a una audiencia consumidora de ideas que de personas dispuestas a cambiar el mundo. No nos extrañemos entonces si hemos hecho recaer toda la responsabilidad eclesial sobre los hombros de presbíteros ordenados y los pastores y hemos quitado la responsabilidad de la misión de los hombros de los hombres y mujeres que forman el pueblo de Dios.
También podemos leer algunas peticiones de carácter piadoso que nos hace el testamento griego. Hay una numerosa listas de cualidades sobre el carácter que los cristianos han de manifestar. P. e las bienaventuranzas (Mateo 5: 1-10), la descripción sobre el amor (1 Cor. 13: 1-13), lo referente al fruto del Espíritu (Gálatas 5: 22-23), las cualidades de un presbítero/diácono (1 Timoteo 3: 1-13; Tito 1: 5-9), etc, Pero, tampoco encontramos una definición que nos aclare lo que es una iglesia
¿Por qué Jesús no nos facilitó la labor? ¿Por qué con tanto tiempo libre para orar y comer no nos dejó dicho lo que era una iglesia? Algunos han comentado la suposición generalizada que hay sobre la iglesia de Jesús: donde quiera que los creyentes se reúnen ahí está El en medio de ellos. Mi pregunta se origina a partir de esta creencia-tradición de la mayoría de las confesiones cristianas: ¿cómo podemos asumir la presencia-presidencia de Jesús en nuestras reuniones y argumentar a la vez la necesidad de un cuerpo de presbíteros?¿Qué es más importante para la existencia de una iglesia que esté Jesús o que gobiernen los presbíteros?
¿Es realmente importante que incluyamos a Jesús en nuestra definición de la iglesia? Me temo que sí, y creo más, creo que no debe ser sólo uno de los ingredientes, sino el elemento más importante. ¿Eso es una presupuesto bíblico? Sí, creo que sí.
En el Libro de los Hechos encontramos todos los ingredientes para definir la iglesia y los encontramos antes que la iglesia cristiana comenzara su andadura. Lo que ocurre en el aposento alto es un ejemplo de ello. Para Hechos la iglesia no se inicia hasta que se experimenta la presencia interior del Espíritu de Cristo. En otras palabras, la iglesia nació cuando Cristo comienza a habitar en ella. Es su presencia, la de Cristo, la única cosa que hace que cualquier comunidad cristiana se diferente de otra organización en este mundo.
A algunas personas les gustaría diferenciar a Jesús de la iglesia, pero yo no estoy seguro de que es sabio o bíblico. Es lo mismo que tratar de cortar la cabeza de una persona de su cuerpo, porque sencillamente el cuerpo no es hermoso. Recordemos ahora las palabras de Jesús dijo: Permaneced en mí y yo en vosotros porque separados de mí nada podéis hacer.
Jesús mencionó una única iglesia. Y lo hace dos veces en los evangelios. En ambos casos, su presencia era el ingrediente clave. En Mateo 16 Jesús está edificando su iglesia, no la nuestra. En Mateo 18, Él está presente allí donde nos reunimos, incluso en grupos de dos o tres solamente. Y nosotros que creíamos que si erámos menos de cien era señal de maldición.
En el libro de Apocalipsis Jesús se dirige a un grupo de siete iglesias, pero cuando leemos, en realidad estas están formadas por unos sanos, otros no tan santos. Veamos un ejemplo, se le advierte a la iglesia de Efeso que si no se arrepienten El le quitará su presencia (representada por un candelabro), en esencia, dejarían de ser iglesia por su ausencia. Y esot nos hace sospechar que es estar en la presencia de Cristo lo que nos convierte en una iglesia y por tanto cuando El no esta presente desaparecemos como iglesia.
Quizás ahora podríamos hacernos otra pregunta: ¿Por qué preferimos definir a la iglesia en base a nuestra presencia y no de él? Quizás podríamos responder ahora mismo por qué el mundo no está interesada en este modelo de iglesia? Incluso, si somos sinceros con nosotros mismos, podríamos entender por qué los cristianos no están tan interesados en la iglesia hecha a nuestra imagen y semejanza.
¿Te imaginas una iglesia que lo que la identifique sea la manera en que la gente se ama y la misericordia con que se tratan entre ellos por la acción del Espíritu Santo? Sin duda alguna veríamos a muchas más personas queriendo formar parte de ella.
Hagamos un ejercicio práctico. Leamos ahora la lista que escribimos en la entrada anterior que define una iglesia. Eran siete definiciones. Y pregúntese si a sus familiares, amigos y vecinos les resultan atractivas estas definiciones. Imagínese que Ud. hace un folleto informativo con estas definiciones para explicar a su iglesia y fuera de puerta en puerta para invitar a las personas a llegarse a sus reuniones. ¿Quién crees que te acompañaría? ¿Por qué creemos con tanta facilidad que los hombres y mujeres que no son cristianos desean estar los domingos en la mañana en un lugar cerrado, lleno de cristianos, donde se recoge dinero, donde se escucha una predicación con un lenguaje muy exclusivo y donde se cantan canciones que muy poca gente tararea? ¿esta es realmente nuestra estrategia para alcanzar al mundo? ¿En serio? Pero lo más triste es que nos hemos convencido, de alguna manera, a nosotros mismos de que este es el plan de Dios.
Jesús nunca dijo: en esto conocerán todos que sois mis discípulos, por la predicación de una doctrinas, por el gobierno de presbíteros ordenados, por un culto dominical donde se puede tomar un dado de pan Bimbo y un dedal de zumo de uva. No. No se nos conocerá por esto, sino por nuestro amor mutuo. En esto se demuestra que somos sus discípulos.Si Ud. puede definir iglesia entonces Ud.está hablando de una asociación o agrupación, o partido político, pero no de una iglesia. Y esta es nuestra mayor vergüenza. La iglesia se ha convertido en algo que hacemos nosotros y no en algo que es por la presencia de Cristo. Yo quiero ser parte de algo que sólo Jesús puede hacer. ¿Y tú?
En mi próximo artículo voy a compartir con ustedes mi propia comprensión de la iglesia.
Neil Cole.
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