Lot o los indicadores de una deficiente
habilidad relacional.
Tema 9
El Antiguo Testamento y el arte
de la resiliencia
I. Introducción.
¿Quién no conoce a alguien que cae bien a todo el mundo y que se muestra siempre tolerante y no hiere a nadie a pesar de que acostumbra decir lo que piensa? Además, esta persona admirada por casi todos resulta sensata, convincente y persuasiva sin por ello pecar de autoritarismo ni mostrar indiferencia ante las opiniones o emociones de los demás.
La convivencia, cómo nos sentimos con los demás, puede resultar reconfortante o convertirse en una pesadilla. Dependerá mucho de nosotros. Vivir con los demás es un arte que puede aprenderse no sólo para caer bien, sino porque la integración social es un factor clave del bienestar emocional. Las habilidades sociales son una serie de conductas y gestos que expresan sentimientos, actitudes, deseos y derechos del individuo, siempre de una manera adecuada y de modo que resuelven satisfactoriamente los problemas con los demás.
II. Lot.
Lot era hijo de Arán. Acompañó a su tío Abraham en el viaje a Canaán llevando consigo a su mujer y sus hijas y se situaron en un punto intermedio entre las llanuras de Sodoma y el monte de Hebron. Era además Lot poseedor del sacerdocio de Melquisedec al igual que Abraham, quienes lo recibieron del mismo Melquisedec, rey de Salem (Gen.14: 18). Tanto Lot como su tío Abraham, anduvieron juntos por un tiempo no determinado.
Por algún motivo no muy claro, Abraham y Lot discutierón por la tierra donde debían asentarse y decidieron que debían separarse, así que Lot por mutuo consentimiento y en buenos términos, se separó de Abraham. Abraham se fue al norte y Lot se instaló en la llanura de Sodoma y Gomorra.
Lot plantó tiendas hasta las puertas de Sodoma y permaneció allí. Los reyes de Sodoma y Gomorra sostuvieron en ese tiempo una guerra con reinos vecinos. Estos reyes fueron vencidos en una batalla en Sidim y Lot y su parentela fueron hechos prisioneros. Abraham, supo de la suerte corrida por Lot y organizó un rescate, Lot, sus bienes y su gente fueron rescatados exitosamente y volvieron a Sodoma. Sodoma y Gomorra fueron destruidas conjuntamente con Adma y Zeboim (Deut.29:23).
Huyó Lot de Sodoma antes de su destrucción, avisado por ángeles de Dios. Su mujer al darse vuelta, desobedeciendo el mandato de Dios se convirtió en estatua de sal. Finalmente, Lot tuvo miedo de vivir en Zoar, quizás por ser la única ciudad superviviente, y fue al monte a vivir con sus hijas y habitaron en una cueva.
Ocurre ahí que sus hijas, preocupadas al no encontrar varones en la tierra en la que estaban, con los que asegurar su descendencia, emborracharon a su padre y fornicaron con él, la mayor la primera noche y la menor la segunda, sin que aquel se diese cuenta.
De esa manera, las dos concibieron de su padre y tuvieron descendencia. El primero de lo hijos fue llamado Moab, del hebreo "del padre", que cuya descendencia daría lugar a los llamados moabitas.(Génesis 19:30-38). El segundo fue llamado Ammon, en hebreo "hijo de mi gente". Fue el patriarca de la nación de los amonitas.
III. Indicadores de una deficiente habilidad para relacionarse.
a. Redes inexistentes o unilaterales: Algunas personas no dedican tiempo ni esfuerzo en mantener sus relaciones, creen que no necesitan a nadie y que es mejor estar solo. Quien piensa así está renunciando a una habilidad en la resiliencia: tener amigos.
b. Expectativas desproporcionadas: Las personas amargadas suelen justificar su vida diciendo que ya les han decepcionado antes. Pero rara vez llegan a la conclusión que si alguien les ha decepcionado es producto del exceso de expectativa que ellos han usado en una relación. Una relación que está basada sólo en lo que me dan, me aportan, me entretiene, me confirman, me consuelan está abocada al fracaso.
c. Deficiente capacidad crítica: Tenemos que tener una perfección adecuada no sólo de los demás sino de nosotros mismos también. Estar abierto a las opiniones de los demás cuando estas son positivas es una trampa. Pues al rechazar las opiniones contrarias nos estamos privando de una importante fuente de información sobre nosotros mismos y cómo nos ven los demás.
d. Presuposiciones negativas: Algunas personas confunden el ponerse en el lugar del otro con transigir. Temen que la gente se aproveche de ello si se muestran comprensivos. Siempre se están preguntando: qué se traerá entre manos? Siempre sospechan que los demás hablan mal de ellos.
e. Individualización desmesurada. Vivimos en una sociedad donde la palabra individuo se escribe con mayúsculas. Eso nos obliga a estar siempre tratando de destacar, de llamar la atención, de sobre salir por encima de la media.
IV. Concusiones.
Las personas resilientes se crean a ellas mismas, pero son conscientes de que necesitan las relaciones con los demás. Saben que no son una isla, sino que necesitan estar con la familia, los amigos y el resto de las personas de su medio.
Las personas resilientes apoyan a los demás en sus proyectos, pero sin renunciar a sus sueños. Seguros de su valor personal, ayudan a otros a desarrollar una provechosa autoestima.
Próximo tema: Jeremías; cuando pensamos y sentimos de antemano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario