Taller del Antiguo Testamento y el arte de la resiliencia.
Miércoles 13 Abril
I. Introducción
Deberíamos aceptar las cosas tal y como vienen, pero también deberíamos hacer lo posible para hacer que las cosas sucedan tal y como nos gustaría aceptarlas. La aceptación es una especie de herramienta que nos permite vivir nuestras circunstancias presentes y nos prepara para las que están por llegar en el futuro.
¿Crees que puedes influir en tu futuro? ¿Qué imágenes te vienen a la mente cuando piensas en el futuro? ¿Con qué cuentas para los días que están por venir? ¿Eres una persona optimista? ¿Cómo lo sabes? ¿Eres una persona pesimista? ¿Cómo lo sabes? ¿Cuándo tienes delante una crisis cómo la enfrentas: como una oportunidad o una desgracia?
II. Jeremías
Fue un Profeta hebreo, hijo del sacerdote Hilcías, perteneciente a una casta tradicional de sacerdotes, Jeremías vivió entre el 650-586 a.C en Judá, Jerusalén, Babilonia y Egipto. Vivió en la misma época que el profeta Ezequiel y fue antecesor de Daniel.
Según él mismo escribe, fue preordinado por Dios antes de que naciere y comenzó su misión en el decimotercer año de gobierno del rey Josías. Es autor del libro de la Biblia que lleva su nombre: el Libro de Jeremías y del Libro de las Lamentaciones. La labor de Jeremías fue llamar al arrepentimiento al reino de Judá y principalmente a los reyes Josías, Joacim y Sedequías debido al castigo impuesto por Dios de que serían conquistados por los caldeos si no volvían su corazón hacia El. Su vida como profeta se caracterizó por soportar con una férrea entereza los múltiples apremios y acusaciones que sufrió a manos de estos reyes y de los principales de Israel, desde azotes hasta ser abandonado en cisternas o mazmorras.
Jeremías llamó a liberar a los esclavos como muestra de conversión. En principio su llamamiento fue acatado, pero luego los amos volvieron a esclavizar a quienes habían liberado, con lo cual el profeta consideró sellada la suerte de reino de Judea, de Sedequías y de Jerusalén (ver Jeremias 34:8-22). El anuncio de la derrota de Judea fue acompañado sin embargo, por la profecía sobre la futura ruina de Babilonia, la Nueva Alianza y la restauración de Israel.
III. Anticiparse
En algunas ramas de la economía tiene una importancia trascendental anticiparse a las tendencias de los negocios. La combinación de la experiencia y la razón nos permite hacer suposiciones.
Por supuesto que no sabemos que nos traerá el futuro, ni siquiera con la mejor preparación podemos vaticinar que todo ocurrirá según nuestros planes; pero pomos estar preparados, podemos disponer de tiempo para asimilar lo que nos acontezca.
La mayoría de las personas se sienten impotentes ante la vida. Así que viven una situación tras otra en una constante aceptación. Y acaban creyendo que no pueden cambiar su realidad y mucho menos su futuro. Y fíjense que digo: creyendo.
Nuestras presuposiciones influyen en nuestra manera de vivir. Influyen en nuestros sentimientos. Influyen en nuestra manera de enfrentar una situación no agradable. Cuando algo que esperamos ocurre nos sentimos corroborados, por el contrario si no se cumplen nuestras expectativas entonces nos irritamos y nos sentimos inseguros.
IV. ¿Era Jeremías un resiliente?
Las personas resilientes participan en su futuro. No solo reaccionan ante los acontecimientos sino que toman la iniciativa. ¿Se conformó Jeremías con su situación? ¿Esperó que otros tomaran sus decisiones?
La capacidad de crear proyectos para el futuro nos dice cuan preparados estamos para la vida. En medida que nos imaginamos como ha de ser nuestra vida estamos participando en ella. Y esto nos permite adelantarnos al miedo, a la tristeza, al orgullo, a la alegría, a la gratitud.
Pero hemos de recordar algo: quien nunca empieza una cosa, nunca la podrá acabar.
V. Próximo encuentro:
Jonás y la visión negativa de la vida
Miércoles 27 Abril
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