Juan 8:1-11
Leer vs.1-5. Esto suena como una pregunta honesta para ayudar a que la justicia se cumpla, pero nótese vs.6a. Ellos no estaban interesados en justicia-- ellos sólo estaban interesados en atrapar a Jesús! ¿Qué tipo de trampa?
El AT ponía al adulterio como un crimen capital (Lev.20:10). Esto es horripilante para el lector moderno, cuando en nuestra sociedad no merece castigo. La ley mosaíca era muy estricta en crímenes contra las personas, contra relaciones entre personas, y en contra de la unidad de la familia. Las leyes de las otras culturas eran muy estrictas en crímenes contra la propiedad (cortaban las manos). Esta diferencia nos marca la diferencia en el sistema de valores.
De todas maneras, los líderes religiosos tenían la esperanza de parar a Jesús en un dilema:
Si Él estaba de acuerdo con la ley del AT y pedía la ejecución de ella, lo podían acusar de sedición delante de los Romanos, debido a que desde los 30 d.C. los romanos habían abolido los derechos de los judíos a la pena capital
Si Él decía que ella no debía ser apedreada, lo podían acusar de enseñanzas falsas y desacreditarlo con la gente, debido a lo que la ley del AT mandaba. En general la gente común prefiere duros castigos para la gente que se comprueba que es criminal.
Ellos pensaron que realmente lo tenían! Pero Jesús tenía toda la escena bajo control.
Leer el vs. 6b. ¿Por qué Jesús está haciendo tiempo? No, É fue desafiado muchas veces de esta manera y nunca lo tomaron por sorpresa. Y aquí claramente Él olió algo podrido, sino algo inclusive más inmoral.
No es de sorprenderse, la ley civil judía tenía condiciones sumamente estrictas bajo las cuales este crimen era castigable con ejecución. Requería que fueran atrapados en el acto (Nu.5:13). El rabino Samuel dijo, "en el caso de adúlteros, ellos (los testigos) tienen que haberlos visto en la postura de adúlteros." Otro escolar de las leyes del Talmud dice, "no es suficiente por parte de los testigos haberlos visto (a la pareja) en una "situación comprometedora". Pero la misma ley decía que ambas partes debían ser producidas y procesadas (Dt.22:22). Se necesitaban dos personas para cometer adulterio! Si ellos pillaron a la mujer "en el acto mismo", entonces dónde está el hombre? ¡Es obvio que estamos frente a una conspiración! Toda la historia pudo ser fabricada, pero la explicación más posible es que estos hombres usaron a la mujer para desacreditar a Jesús. Ellos probablemente enviaron un "agente encubierto" para solicitar los servicios de ella y después cuando se da la señal convenida previamente ellos entran, lo dejan ir y a ella la arrastran hasta donde está Jesús. Esto los hace a ellos accesorios o cómplices del crimen y por los tanto adúlteros ellos mismos!
¿Qué escribió Jesús en la arena? Nadie lo sabe con seguridad porque no está escrito. A lo mejor sencillamente escribió el sexto mandamiento. Lo que importa no es lo que escribió en el piso sino lo que les dijo en el v.7
Casi todo el mundo conoce este versículo, pero la mayoría lo mal interpreta. Normalmente lo aplican como para prohibir hacer juicios morales, o como un apoyo para abolir la pena capital. Este no es el momento de discutir la pena de muerte, pero cualquiera sea tu punto de vista, no debieras usar este versículo para apoyarte. ¿Por qué? Porque Jesús no podría haber dado a entender eso sin contradecir directamente la ley del AT y estaría entregándose en las manos de sus enemigos. Ellos con seguridad no lo entendieron de esta manera, si lo hubiesen hecho hubieran saltado de alegría, en vez de irse.
Lo que Jesús quiere decir es "Cualquiera de entre ustedes que no tenga culpa en este caso específico que sea el que inicie la ejecución." Él discernió la conspiración, y les dio a entender que si ellos iniciaban su ejecución, estarían también iniciando su propia condenación.
Leer v.8. Los más viejos se dieron cuenta inmediatamente e hicieron lo único inteligente que podían hacer en todo este incidente- ¡salir fuera de ahí! Y con ellos se fue la acusación en contra de ella bajo la ley judía...
Leer vs 9b. Ahora ella se quedó mirando a Jesús con la multitud aún observando. Uno cree que ha tenido malos días! Pero ella fue burlada delante de un grupo, humillada públicamente, en peligro de perder su vida. De pronto sus acusadores fueron despachados. Ella acaba de presenciar la penetradora inquisición de Jesús en los pecados de sus acusadores y la condenación de sus acciones pero ¿cómo va Él a tratar con ella ahora? Como ocurre tan a menudo, la manera que Jesús responde es diferente de la que ella probablemente esperaba.
Leer v. 10, 11. v. 11b es un enunciado muy importante. De hecho, es una destilación del mensaje distintivo del NT. No es una exageración decir que el resto del NT es una elaboración de este enunciado. Habla de dos temas centrales en nuestra relación con Dios.
Jesús no dice No peques más, y entonces yo no te condenaré. En todo caso, la Ley del AT no acepta esta formula; dice" Absolutamente no pecar, y yo no te condenaré." De acuerdo a la Ley del AT, la primera vez que nosotros rompemos un mandamiento no hacemos merecedores de la condenación de Dios (St. 2:10). En cambio, Jesús dice Yo no te condeno ahora vete y no peques más. Él no está diciendo meramente que no la va a procesar. Tampoco le está diciendo que ella no es responsable de sus acciones. Tampoco le está diciendo que acepta una excusa. Él le está perdonando lo que ella le hizo a lo demás, y a Dios. En otras palabras, Él está decretando una declaración de perdón divino, a pesar de que ella es culpable ¿Cómo puede Él hacer esto sin burlarse completamente de la justicia de Dios? Él puede hacer esto por dos razones: a) Porque Él está dispuesto a pagar por sus pecados en su propia carne. B) Debido a que Él está dispuesto a pagar la pena, Dios Padre le dio la autoridad para perdonar a todos aquellos que creen en Él (Jn. 5:22-24). Evidentemente, Jesús vio una actitud de fe en Él en esta mujer (Señor en vs.7).
Y este es el camino como todos nosotros debemos adquirir el perdón: no tratando de pagarlo nosotros mismos, tampoco negando la responsabilidad sino que viniendo a Jesús y pidiéndole por el perdón total de nuestros pecados, lo que Él nos ofrece. Cuando hacemos esto, estamos completamente y permanentemente aceptados por Dios.
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