viernes, 23 de noviembre de 2012

Pablo o cómo canonizar a un rebelde.



Estudio bíblico
Tema 1: ¿Qué hemos oído de Pablo?
Jaca

I. Introducción.

Es difícil decir algo sobre Pablo que ya no se haya dicho antes. Así que me ha sido una labor difícil encontrar bibliografía actual que no contenga algo de la antigua. Así que me hago una pregunta: ¿Podemos entender a Pablo hoy?

Para responder a esta pregunta he de aceptar el criterio de que sigue siendo un hombre actual, al menos en el ámbito de la eclesiología y la cristología. Pero si quiero responder a la pregunta de manera equilibrada entonces he de tener en cuenta tres datos

I.1  El hombre.

Ningún otro hombre ha influenciado tanto en el génesis de la conciencia cristiana después de Jesús que Pablo de Tarso. Ninguno ayudó a la comunidad cristiana a tener la forma determinada que él. A veces, es tan fuerte lo que dice Pablo que algunos nos preguntamos de la interdependencia que hay entre Jesús y Pablo.

Los reformadores del s. XVI vieron en Pablo el principio de comprensión del hecho cristiano. De hecho hay comunidades cristiana que la única manera que tienen de vivir la fidelidad a Jesucristo es la manera que la sostuvo Pablo.

I.2 La obra.

Los escritos paulinos o atribuidos a él abrieron el mensaje de Jesús a todo el mundo.  Es cierto que no fue de los elegidos por Jesús. Es cierto que cuando hace su aparición en escena ya la iglesia tiene una estructura y una tradición. Pero es Pablo quien hace de la iglesia un cuerpo misionero. Que se expanda.

Las epístolas paulinas muestran a un pensador teórico. Muestran a un hombre que entiende que hay que tener apertura al mundo.

I.3 Los escritos.

Pablo inicia sin tener conciencia de ello los escritos del NT. Sus cartas son los documentos más antiguos del cristianismo. Documentos ocasionales, ligados a una época concreta, a unas circunstancias muy locales dirigida a los cristianos de los años cincuenta del s. I d.C.

Si queremos saber como era la iglesia primitiva las cartas de Pablo nos muestran algunas ideas y las líneas teológicas de estos años.
II. ¿Qué pretendemos?

II.1 Situar a Pablo en su contexto. No lo podemos entender desde nuestro tiempo ni con nuestras circunstancias. No podemos entender lo que escribe sin entender su vida.

II.2 Comprender sus cartas. Podremos tamizar las cartas que escribió a las que le son atribuidas. Y releerlas.

II. 3 Podremos sintetizar su manera de pensar. Llegar a tener una noción de la teología paulina. Pablo no hace una teología determinada. No. Cuando escribe y reflexiona lo que está haciendo es responder a problemáticas concretas de distintas comunidades.

III. ¿Somos paulinos o cristianos?

No sé cual es vuestro parecer al respecto. Pero una cosa me queda claro Pablo y sus reflexiones son cristianas. No podríamos entender a Pablo fuera del contexto cristiano. Pero no quita que desde el principio del cristianismo la figura de Pablo haya sido poca ortodoxa. Haciendo que las ideas que tenemos de él rocen el desconocimiento, lo clasifiquemos como el incomprendido por los apóstoles de Jerusalén, el solitario de los caminos.

Jesús no nos deja indiferentes. Pablo tampoco lo hará. Sus excesos y sus defectos nos motivaran. Su pasión por llevar al evangelio nos asustará.

IV. La persona de Pablo.

IV.1. Una personalidad difícil. Era un hombre contradictorio. De carácter difícil. Reunía en sí mismos los dos extremos del espíritu humano: la razón y la imaginación, universal y profundo, lógico e intuitivo impetuoso (Gá. 3:1 o 5.12) y tierno (Gá. 4:19 o 1 Co. 4:15)

Una persona así nos puede fascinar, pero a la vez nos puede producir rechazo y enemistad.  Cuando se dirigía a las comunidades lo hacia de manera dominante reclamando su autoridad suprema de apóstol.

De carácter fuerte, apasionado e impaciente no lo hacia participar del diálogo sereno ni se demoraba en matizaciones. Pero a la vez era capaz de amar hasta la ternura. Consiente de su debilidad (2 Co. 11.30 o 12:9) no a veces de ponerse como modelo (1 Te. 2:6 o 1 Co. 4:16). Pablo es un hombre de excesos. El ideal griego de hombre despegado y escéptico no va con él.

Cuando tenemos una personalidad compleja los conflictos no tardan en aparecer. Primero con Juan Marcos (Hc. 12:24-13:5) con Bernabé (Hc. 15: 36-41), con pedro (Gá. 2:11-21), rivales que no nombra (Ro. 3:8) y con los que no es muy comprensivo (2 Co. 11:13-15). Pablo prefiere la contraposición al dialogo (2 Co. 3:6).

Pablo es un hombre que piensa bajo presión. Alguien que escribe como reacción a sus antagonistas. Pero que se muestra profundamente afectivo con sus comunidades.

IV.2 El perseguidor perseguido. De perseguidor de cristianos (Hc. 8: 1-3) a expuesto a graves peligros (2 Co. 11.23). Expuesto a graves peligros (2 Co. 11: 23-27). Vivir sin morada fija, ni familia propia hay que atribuirle a Pablo una salud fuerte y una gran capacidad de resistencia. Pablo no cree que el sufrimiento es el ideal de vida cristiana (2 Co. 12:8). Más bien Pablo esperaba un futuro libre de dolor y muerte (1 Co. 15:26).

IV.3 Enfermo incurado. No sólo tenía una personalidad difícil sino que pudo ser un hombre enfermo. Por mucho que investiguemos la naturaleza del mal no sale a la luz (2 Co. 12:7), algunos hablan de malaria, epilepsia jaquecas enfermedad de la piel, ceguera, etc. Por eso incluso algunos niegan tal enfermedad. Cuando leemos su testimonio (Gá. 4: 12-14) todo parece indicar que era un mal crónico doloroso, visible, humillante, periódico. Pablo deseo estar sano (2 Co. 12.10) nunca lo fue (Gá. 6:17)

Próximo tema: Las imágenes eclesiales de Pablo.

Augusto G. Milián

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