miércoles, 17 de febrero de 2010

¿Las emociones o Dios?

Las emociones y yo.
Tema 2.

I. Introducción.

Oirá el sabio, y aumentará su saber y
el entendido adquirirá consejo.
Proverbios 1:5

Hay momentos en que podemos disfrutar de las emociones y del apoyo que estás nos brindan; pero a la vez, hay momentos en que las emociones nos traicionan. Resulta difícil diferenciar cuándo una persona está escuchando a Dios, si es cristiana, o cuando a sus emociones.

Me gusta regalar cosas, me siento contento cuando lo hago y miro sus caras de sorpresa. Pero estoy aprendiendo con los días que regalar cosas a las personas no siempre les ayuda.

II. Suplimos nuestras necesidades.

Las personas que se dejan llevar por las emociones, generalmente, cuando están delante de una necesidad toman medidas inmediatas para suplirla, sin reflexionar primero sobre ella.

La Biblia nos enseña, en el primer capítulo de Proverbios, que nuestras acciones deben nacer de una reflexión previa.

Todos amamos a alguien de manera especial. Y nos resulta duro verles pasar necesidad. Si tenemos los medios disponibles para proporcionarles esas cosas, la mayoría de nosotros intenta rescatarlos. Quizás esta sea la mejor opción la mayoría de las veces. Es bueno ayudar. Sin embargo rescatarlos de cada dificultad puede impedir que maduren. Luchar forma parte integral del proceso de maduración y equilibrio.

III. Las personas que se dejan llevar por las emociones.

Algunos nos dejamos llevar más por las emociones que otros. Y estamos conscientes de ello.

Otros se tienen por más racionales y se creen fuera del peligro. Pero hay otra realidad, todos somos seres emocionales y el día menos pensado acabamos siendo arrastrados por ellas. Una mañana nos despertamos deprimidos y el día será así mientras dure. Al día siguiente, nos levantamos enojados, teniendo deseos de vengarnos con alguien y a la larga eso es lo que acabamos haciendo. Otros días, amanecemos sintiendo lástima por nosotros mismos y vamos y nos sentamos en un rincón a llorar.

El peligro, que veo, es que si le damos riendas sueltas a los sentimientos, serán más los problemas que toquen a nuestra puerta que las soluciones.

Hay que aprender a estar consiente de que emoción nos embarga. Buscar su origen. Reconocer qué tipo de personalidad es la nuestra y cómo solemos reaccionar ante la vida.
IV. Las cuatro personalidades básicas.

a) Colérica. Son personas con dotes de liderazgo. Pretenden llevar siempre el control. Se trazan objetivos y los suelen cumplir y esto es bueno. Tienden a ser mandones, esto no es tan bueno.

b) Flemáticos. Generalmente muestran pocas emociones. Tienden a necesitar tiempo para tomar decisiones. Para demostrar emociones tienen que esforzarse. Les cuesta relacionarse con personas nuevas. Nunca son los primeros en hablar en una reunión.

c) Optimista. Es alguien extrovertido. Jovial. Suele hablar de todo y con todos. Cuando entra a un sitio, todos nos damos cuenta de quien es. No precisa de proyectos y controles. No se sienten cómodos con la disciplina.

d) Melancólicos. Es la persona que más batalla con la depresión. Es extremadamente reservado y serio. Es intenso. Suele dedicar mucho tiempo a pensar. En su casa todo esta organizado por tamaño u orden alfabético. Creen que el orden y la limpieza son las cosas más importantes del mundo.

V. Preguntas para debatir

a) ¿Era Jesús alguien emocional?
b) ¿Qué pasa con los cristianos y las emociones? ¿Deben controlarlas?
c) ¿Te fatigan las emociones?
d) ¿Qué es una persona maniaco depresiva?
e) ¿Eres esclavo de tus emociones?

No hay comentarios:

Publicar un comentario