Apuntes no sacros para un acercamiento a Hechos 22:
21-29
En este pasaje Lucas narra el resultado que tuvo el
discurso que Pablo dirigió a los judíos que habían querido matarlo. En éste les
había compartido su experiencia de conversión, esperando no tanto hacer su
defensa sino ayudar también a la conversión de ellos. Sin embargo un gran
número de los ahí presentes no se dejaron tocar el corazón, no se permitieron
abrirse a lo evidente: que lo que Pablo decía era verdad, que él, como ellos,
había sido un judío celoso de la ley de Moisés y perseguidor de cristianos,
pero se había
convertido luego de que el propio Jesús se le había
aparecido y lo había enviado como testigo Suyo a anunciar la Buena Nueva a todos,
incluidos los paganos. A los oyentes de Pablo les parece intolerable lo que
plantea y buscan su muerte. Él tribuno pretende torturarlo para que confiese
qué ha hecho, pero Pablo apela a un ingenioso recurso y logra salvarse de éste
inmerecido tratamiento.
22, 22 LE ESTUVIERON ESCUCHANDO HASTA ESTAS PALABRAS
Lucas nos había dicho que se hizo un gran silencio
cuando la gente oyó a Pablo hablarles en su lengua y comenzar llamándoles:
'hermanos y padres'(Hch 22,1), es decir, dirigirse a ellos no sólo identificándose
con ellos, como miembro del mismo pueblo, sino sin asomo alguno de rencor luego
de que habían estado golpeándolo para matarlo. Sin embargo indudablemente hubo
elementos en el discurso de Pablo que no les gustó escuchar (que Aquel a quien
crucificaron resucitó; que se le apareció a Pablo no sólo en el camino a
Damasco, sino ¡en el Templo!, y algo que les parece abominable: que lo envió a
predicar a
los paganos, no para que se convirtieran al judaísmo
sino para que se volvieran seguidores de Jesús.
Y ENTONCES ALZARON SUS VOCES DICIENDO: '¡QUITA A ÉSE
DE LA TIERRA!;
¡NO ES JUSTO QUE VIVA!'
Nuevamente (ver Hch 21, 36) se alzan entre la multitud
voces que piden la muerte de Pablo. Algunos estudiosos de la Biblia consideran que Lucas
quiso hacer ver que, como Cristo, Pablo también vivió su 'Pasión', y que esta
escena se asemeja a aquella que narran los Evangelios en los que la muchedumbre
pide que muera Jesús (ver Lc 23, 21).
22, 23 VOCIFERABAN, AGITABAN SUS VESTIDOS Y ARROJABAN
POLVO AL AIRE.
Lucas nos deja ver que se armó verdadero revuelo: la
gente grita, emplea sus vestidos
(probablemente sus mantos) como banderas que agitan al
aire, crean una polvareda, una gran confusión, en suma, se dedican a caldear el
ambiente y a enardecer los ánimos.
22, 24 EL TRIBUNO MANDÓ LLEVARLO DENTRO DEL CUARTEL Y
DIJO QUE LO SOMETIERAN A LOS AZOTES PARA AVERIGUAR POR QUÉ MOTIVO GRITABAN ASÍ
C0NTRA ÉL.
El tribuno decide meter a Pablo al cuartel quizá
buscando librarlo de la muchedumbre que amenaza con apoderarse de él para
lincharlo. Pero en lugar de interrogarlo tranquilamente como merece cualquier
persona a la que la autoridad debe considerar inocente hasta que se pruebe lo
contrario, lo manda torturar para que confiese qué es lo que ha hecho que ha
despertado la cólera de la multitud. ¡Vaya manera de proceder!, no de acuerdo a
lo que mandaban las propias leyes romanas. Le sucede como a Pilato, que se deja
llevar por la gritería, por la presión de la gente. Pilato también mandó azotar
a Jesús, a pesar de que se
dio cuenta de que era inocente (ver Lc 23, 14-15.22;
Jn 19,1.4).
22, 25 CUANDO LE TENÍAN ESTIRADO CON LAS CORREAS, DIJO
PABLO AL CENTURIÓN QUE ESTABA ALLÍ: '¿OS ES LÍCITO AZOTAR A UN CIUDADANO ROMANO
SIN HABERLE JUZGADO?'
a.estirado con las correas: Se disponen, pues, a
tender a Pablo sobre un banco o a atarlo a la columna para azotarlo...con lo
que se alude al 'flagellum' o azote de correas con el cual se ejecutaba la
tortura. Cicerón dice que la pena de flagelo es más dolorosa que la de vara.
b. ciudadano romano: Pablo había dicho que él nació en
Tarso de Cilicia, por lo cual el tribuno ya sabía que probablemente era de
nacionalidad romana, pero por lo visto pasó esto por alto y no lo trató
conforme mandaba la ley: lo mandó torturar para que confesara, un modo de
'interrogatorio' que "estaba prescrito entre los romanos sólo para los
esclavos y los extranjeros...pues....un ciudadano romano no podía ser sometido
a interrogatorio acompañado de tortura; más aún, la ley lo protegía contra la
flagelación como recurso policíaco que se infligía sin investigación ni
sentencia.
Pablo aprovecha para reclamar esta trasgresión a la
ley y poner nerviosos a estos romanos que pueden ser castigados y destituidos
por lo que han hecho con él. Esto ya había sucedido antes: en una ocasión en
que Pablo fue arrestado y a los pretores les entró miedo al saber que habían
mandado azotar y encarcelar a un ciudadano romano (ver Hch 16, 36-39).
22, 26 AL OÍR ESTO EL CENTURIÓN FUE DONDE EL TRIBUNO Y
LE DIJO: '¿QUÉ VAS A HACER? ESTE HOMBRE ES CIUDADANO ROMANO.'
La pregunta de Pablo da resultado. El centurión se
preocupa por lo que han hecho y va a plantearle al tribuno la situación: ellos,
que se supone que están ahí para defender las leyes del imperio romano, han
transgredido esas propias leyes, nada menos que ¡contra uno de los suyos ! Han
cometido un delito grave.
22, 27 ACUDIÓ EL TRIBUNO Y LE PREGUNTÓ: 'DIME, ¿ERES
CIUDADANO ROMANO?'
El tribuno es verdaderamente inoportuno en sus
preguntas. Primero le ha preguntado a Pablo si no es el terrorista egipcio del
que han oído hablar (uno esperaría que la autoridad estuviera mejor
informada...), ahora le pregunta si es ciudadano romano.
-
'SÍ', RESPONDIÓ.
Pablo no le deja lugar a dudas.
22, 28 'YO, DIJO EL TRIBUNO, CONSEGUÍ ESTA CIUDADANÍA POR
UNA FUERTE SUMA.'
El tribuno confiesa cómo adquirió la nacionalidad
romana. La primera vez que se otorgó el obtener el derecho de ciudadanía a
cambio de una suma considerable fue por obra de Mesalina, esposa del emperador
Claudio...Dado que el tribuno se llama y que los nuevos ciudadanos tomaban el
nombre de familia del emperador reinante, se puede suponer que lo obtuvo en el
reinado de Claudio (años 41 a
54). Al traer a cuento la fuerte suma que le costó quiere indicar que sabe lo
que ese derecho vale. El escritor romano Casio asegura que se traficaba con el
derecho de ciudadanía, vendiéndolo
por fuertes sumas de dinero.
'PUES YO, CONTESTÓ PABLO, LA TENGO POR NACIMIENTO.'
Pablo le 'gana' al tribuno en cuanto a la autenticidad
de su ciudadanía. No pagó por ella, la recibió al nacer.
22, 29 AL MOMENTO SE RETIRARON LOS QUE IBAN A DARLE
TORMENTO. Ante la afirmación de Pablo no cabe más que dar marcha atrás. Cabe
suponer que el tribuno pide
que se retiren los verdugos que habían llegado
dispuestos a torturar a Pablo.
EL TRIBUNO TEMIÓ AL DARSE CUENTA QUE LE HABÍA
ENCADENADO SIENDO CIUDADANO ROMANO.
Al tribuno no le preocupa la injusticia que cometió
(haciendo que Pablo fuera encadenado con dos gruesas cadenas, como si fuera un
criminal: ver Hch 21,33), ni el mal rato tremendo que le hizo pasar a un
inocente; se preocupa sólo por sí mismo, por lo que le puedan hacer por haber
encadenado a un ciudadano romano. Ahora procurará encontrar alguna razón que
justifique, ante las autoridades a las que tiene que rendirles cuentas, su proceder.
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