Continúa el relato en el que Pablo enfrenta a la
multitud enfurecida en la fortaleza Antonia.
Ahora que el tribuno se ha dado cuenta de que Pablo es
ciudadano romano y no puede interrogarlo empleando tortura, decide hacerlo
comparecer ante el Sanedrín. A Pablo, conforme a lo que prometió el Señor
respecto a que quien tuviera que dar testimonio de Él recibiría inspiración
para saber qué decir en el momento justo (ver Lc 21, 14-15), se le ocurre usar
una efectiva estrategia: divide y vencerás.
Plantea una cuestión que provoca gran división entre
el Sanedrín y sale ileso de este encuentro.
22,30 AL DÍA SIGUIENTE, QUERIENDO AVERIGUAR CON
CERTEZA DE QUÉ LE ACUSABAN LOS JUDÍOS, LE SACÓ DE LA CÁRCEL Y MANDÓ QUE SE
REUNIERAN LOS SUMOS SACERDOTES Y TODO EL SANEDRÍN; HIZO BAJAR A PABLO Y LE PUSO
ANTE ELLOS.
El tribuno renuncia a torturar a Pablo pero no
renuncia a interrogarlo, sin embargo, decide no hacerlo él sino encomendar esta
tarea al Sanedrín: el órgano superior de administración de justicia del pueblo
judío, conformado por los setenta ancianos más notables de Israel: el Sumo
Sacerdote y miembros de la secta de los fariseos, así como escribas o doctores
de la ley y miembros de la secta de los saduceos. Se cumple lo anunciado por
Jesús en Lc 21,12;
23,1 PABLO MIRÓ FIJAMENTE AL SANEDRÍN Y DIJO:
'HERMANOS, YO ME HE PORTADO CON ENTERA BUENA CONCIENCIA ANTE DIOS, HASTA ESTE
DÍA.'
Pablo no baja la vista, no inclina la cabeza, no tiene
nada de qué avergonzarse. Los mira a los ojos y declara que ha actuado conforme
a la voluntad de Dios.
Esta declaración debe haberlos sorprendido. Recordemos
que los que formaban el Sanedrín conocían muy bien a Pablo, sabían que era un
hombre recto, íntegro. Sin embargo no admiten la posibilidad de que esté
diciendo la verdad, de que él tenga razón y el los no.
23, 2 PERO EL SUMO SACERDOTE ANANÍAS MANDÓ A LOS QUE
LE ASISTÍAN QUE LE GOLPEASEN EN LA
BOCA.
a. Ananías. Fue Sumo Sacerdote hacia el año 47. En el
51 o 52 fue detenido, enviado a Roma y probablemente destituido. Murió
asesinado en el 66. (BdJ p. 1586)
b. que le golpeasen en la boca: Se golpeaba en la boca
al que cometía una blasfemia o decía algo. Nuevamente nos muestra Lucas una
similitud entre la Pasión
de Jesús y lo que algunos estudiosos de Hch llaman la pasión de Pablo. También
a Pablo, como
a Jesús, le dan una bofetada (ver Jn 18,22).
23, 3 ENTONCES PABLO LE DIJO: '¡DIOS TE GOLPEARÁ A TI,
PARED BLANQUEADA! ¿TÚ TE SIENTAS PARA JUZGARME CONFORME LA LEY Y MANDAS, VIOLANDO LA LEY, QUE ME GOLPEEN?'
En el antiguo derecho judío se lee esta frase: 'Si
alguno dice: 'Dios te hiera', pronuncia la
maldición que está escrita en la ley' (ver Dt 28, 22).
Pablo emplea una imagen semejante a la que alguna vez usó Jesús para describir
a los escribas y fariseos hipócritas. Jesús lo
s llamó 'sepulcros blanqueados' (ver Mt, 23,27); Pablo
los llama 'pared blanqueada'. El sentido es el mismo: un exterior impecable que
esconde un interior lleno de podredumbre, o también, como en Ez 13, 10 ss, una
pared que ha de ser derrumbada.
23, 4 PERO LOS QUE ESTABAN A SU LADO LE DIJERON:
'¿INSULTAS AL SUMO
SACERDOTE DE DIOS?'
Según la ley estaba prohibido insultar al Sumo
Sacerdote (ver Ex 22,27). Le hacen ver a Pablo que él que se dice cumplidor de
la ley, está faltando a la ley. Una vez más se hace presente la similitud entre
el proceso que sufrió Jesús y el de Pablo. También a Jesús se le cuestionó por
su respuesta al Sumo Sacerdote (ver Jn 18,22).
23, 5 PABLO CONTESTÓ: 'NO SABÍA, HERMANOS, QUE FUERA
EL SUMO SACERDOTE; PUES ESTÁ ESCRITO: 'NO INJURIARÁS AL JEFE DE TU PUEBLO.'
Pablo les hace ver que obró así por ignorancia y cita
el texto del libro del Éxodo (que se
mencionó arriba) para mostrar que conoce la ley y que
no haría nada para transgredirla
voluntariamente.
23, 6 PABLO, DÁNDOSE CUENTA DE QUE UNA PARTE ERAN
SADUCEOS Y LA OTRA FARISEOS,
GRITÓ EN MEDIO DEL SANEDRÍN: 'HERMANOS, YO SOY FARISEO, HIJO DE FARISEOS; POR
ESPERAR LA RESURECCIÓN
DE LOS MUERTOS SE ME JUZGA.' 23, 7 AL DECIR ÉL ESTO, SE
PRODUJO UN ALTERCADO ENTRE FARISEOS Y SADUCEOS Y LA ASAMBLEA SE DIVIDIÓ.
23,8 PORQUE LOS SADUCEOS DICEN QUE NO HAY RESURRECCIÓN, NI ÁNGEL, NI ESPÍRITU;
MIENTRAS QUE LOS FARISEOS PROFESAN TODO ESO.
El Espíritu Santo inspira a Pablo una estrategia
genial: sembrar división entre sus enemigos y hacer que se peleen entre ellos.
Saca a relucir una vieja controversia que era punto de discusión y de enojo
entre los miembros del Sanedrín: la creencia en la resurrección de los muertos.
Recordemos Lc 20, 27-39;
Al declarar Pablo que está siendo juzgado por creer en
la resurrección, de inmediato gana la simpatía y el apoyo de cuantos comparten
con él esa creencia. Pero al mismo tiempo despierta el enojo y la animadversión
de quienes no cree n que los muertos resucitan. Se arma un alboroto tremendo:
23, 9 SE LEVANTÓ, PUES, UN GRAN GRITERÍO.
En un instante cambian las cosas. Ya no está Pablo
solo contra todo el Sanedrín. Ahora hay muchos miembros del Sanedrín que se
ponen de su lado y lo defienden. Los gritos suben de intensidad, el enojo de
los que discuten también.
SE PUSIERON EN PIE ALGUNOS ESCRIBAS DEL PARTIDO DE LOS
FARISEOS Y SE OPONÍAN DICIENDO: 'NOSOTROS NO HALLAMOS NADA MALO EN ESTE HOMBRE.
¿Y SI ACASO LE HABLÓ ALGÚN ESPÍRITU O UN ÁNGEL?'
Sorprendentemente, los que hace un momento lo atacaban
ahora lo declaran inocente. Y deciden no sólo hacer público su apoyo sino
aprovechar para hacer una declaración que despierta todavía más ira entre los
saduceos, pues ellos tampoco creían en la existencia de espíritus o ángeles.
Juzgan posible que (en Damasco) le haba hablado algún ángel o espíritu a Pablo.
No aceptan desde luego que Jesús se le haya aparecido como Mesías glorificado,
pero sí que pudo haber tenido una visión sobrenatural.
23, 10 COMO EL ALTERCADO IBA CRECIENDO, TEMIÓ EL TRIBUNO
QUE PABLO FUESE DESPEDAZADO POR ELLOS Y MANDO A LA TROPA QUE BAJASE, QUE LE
ARRANCASE DE ENTRE ELLOS Y LE LLEVASE AL CUARTEL.
Lucas emplea un término muy gráfico: 'que le arrancase
de entre ellos'. Se deduce que lo tenían en medio y lo jaloneaban de un lado y
de otro, conforme aumentaba el calor de la discusión. No por compasión sino
para evitar ser castigado si permite que un ciudadano romano sea vejado de esa
forma, el tribuno rescata a Pablo y lo pone a salvo en el cuartel.
23, 12
A LA
NOCHE SIGUIENTE SE LE APARECIÓ EL SEÑOR Y LE DIJO: '¡ÁNIMO,
PUES COMO HAS DADO TESTIMONIO DE MÍ EN JERUSALÉN, ASÍ DEBES DARLO TAMBIÉN EN
ROMA.'
Como en otra ocasión (ver Hch 18, 9-10) el Señor se le
aparece a Pablo para darle ánimo, para hacerle sentir Su amor por él y animarlo
a continuar la difícil situación que le espera más adelante.
Próximo Hechos 23: 12-35