La palabra diáspora deriva del verbo griego diaspeírô la cual significa dispersión, por lo
que dicha palabra sirve para denominar al conjunto de aquellos judíos que se
fueron estableciendo en el exterior de Palestina en el origen de la era
cristiana. Esta situación, durante los dos últimos siglos antes de Cristo, era
para el judaísmo una situación política, social y religiosa ampliamente
conocida y reconocida por judíos y no-judíos determinando estadística e
ideológicamente la constitución global del mundo judío1 (incluso Filón de Alejandría aseguraba
que hubiera sido difícil encontrar una sola ciudad en la que no hubiera judíos2).
Se cree que, en el siglo I a.C. sólo una tercera parte de la sociedad judía
vivía en Palestina3, con lo que podemos llegar a hacernos una idea
de su gran importancia.
Después de la muerte del rey
Salomón (931 a.C.) el reino de Israel se dividió en dos, uno al norte con
capital en Samaria y otro en el sur (Judá) con capital en Jerusalén4.
La primera diáspora se remonta al 722 a.C., cuando el reino del norte fue
invadido por los asirios y una gran parte de su pueblo deportada a Asiria5.
Durante el 586 a.C. los babilonios (Nabucodonosor II) asaltaron y saquearon
Jerusalén (Reino de Judá) destruyendo incluso su templo y enviando a las clases
judías más destacadas a Babilonia. En el año 521 a.C. el imperio persa somete
al pueblo babilónico y el rey Ciro II el Grande permite el retorno de los
judíos a su tierra (cerca de 50.000 judíos emprendieron este viaje de retorno,
pero otros permanecieron en Mesopotamia formando con el tiempo una comunidad
judía en Bagdad6).
Durante la dominación del
imperio romano en Judea y gracias a la libertad de movimientos y comercio que
ofrecía Roma, el pueblo judío llegó a expandirse por las costas del
Mediterráneo (llegando a los puertos del mar Negro y Mesopotamia) (incluso
algunos judíos se establecieron en los puertos del oeste de la India7).
Se establecieron comunidades importantes en numerosas ciudades romanas, en la propia
Roma y en Alejandría. En el año 70 d. C. se produjo una gran rebelión del
pueblo judío ante la dominación romana, la cual fue controlada con gran
brutalidad por parte del general romano Tito8 (destruyendo el segundo templo de
Jerusalén). Muchos supervivientes judíos abandonaron Palestina, pasando a
sumarse a las comunidades de la diáspora. Una segunda rebelión tuvo lugar en el
135 d.C. (Bar Kojba) dominada, esta vez, por el emperador romano Adriano el
cual envió a muchos judíos a llenar los mercados de esclavos del imperio.
Jose A. Flores-Sánchez
Citas
[1] C. en A. Paúl, “El
mundo judío en tiempos de Jesús. Historia política”, Madrid
1982, 91-161. Cf. también S. Applebaum, “The Social and Economic Status of the
Jews in the Diaspora”, en The Jewish People in the First Century:
Historical Geography, Political History, Social, Cultural, and Religious Life
and Institutions (S.
Safrai y otros, eds.), Philadelphia
1976, 701-727
[2] Cf. Filón De Alejandría, “Legatio ad Caium”, 281-282
[3] S. W.Baron, “Histoire
d’Israel. Vie sociale et religieuse I”,Paris 1956-1957, 232
[4] Cavero Coll, Juan P, “Breve historia de los judíos”. Ediciones Nowtilus S.L.
Pág.38.
[5] Pellini, Claudio. “Historia
de la diáspora judía.”http://historiaybiografias.com/los_judios/
[online] [Consulta 11/09/2015]
[6] Wikipedia,
enciclopedia libre. “Diáspora.”https://es.wikipedia.org/wiki/Di%C3%A1spora [online] [Consulta 11/09/2015]
[7] Rukmini, Rachel, “The
Jews of India:
Their Story”. Mosaic Books. USA, 2004.
[8] Lago, José I, “Jesús de Nazaret”, El portal
personal de José I. Lago.http://www.historialago.com/jesucristo.htm [online] [Consulta 11/09/2015]
No hay comentarios:
Publicar un comentario