Tema 7 La toxicidad en la iglesia
I. Introducción
Uno
de las primeras emociones que confiesa Adán es el miedo. Y lo demuestra
escondiéndose de Dios. A partir de aquí la historia del miedo es conocida.
Miedo es una emoción que aparece registrada 68 veces en la Biblia.
Todos
hemos experimentados miedos. El miedo es una emoción normal. Es ante todo una
señal positiva, de protección. Sin embargo cuando este se dirige a un objetivo
sin fundamento para que nos produzca miedo entonces se transforma en
irracional, persistente e inmovilizador. Cuando el miedo se convierte en algo sistemático entonces
decimos que es una emoción tóxica. Y si no se controla, entonces puede durar
toda la vida.
¿Qué
es el miedo? Es la angustia que sentimos ante la percepción de una amenaza.
II. Las cuatro fases del miedo
El
miedo funciona como un círculo. El que lo experimenta lo que hace es dar
vueltas sobre sí mismo. Y es que el miedo se alimenta de sí.
Primera
fase: Gran imaginación.
Frente
a una determinada situación, que puede ser de crisis o no, nuestra imaginación
se activa. Y nos imaginamos lo peor. Clínicamente se le conoce como el Síndrome
del Juicio Final. La gente piensa que tiene cáncer, que va a morir, que
ocurrirá una catástrofe.
Por
ejemplo a una persona se le pide que hable en público. En su mente comenzará a
escuchar su propia voz. Se reirán de mí.
¿Y si se me olvida lo que tengo que decir?¿Y si me quedo sin palabras?¿Y si la
gente se aburre?
Esto
es lo que nos causa miedo. Esto es lo que nos empuja a decir: No acepto la invitación. Y es que
podemos estar frente a una llovizna y pensar que se aproxima un tornado.
Segunda
fase: El miedo propiamente dicho.
Nuestra
imaginación activa el miedo. Y el miedo que no se razona lo único que hace es
crecer. Así que si al principio decimos: Yo
no hablo en público porque no quiero hacer el ridículo. No sólo estamos
diciendo que tenemos un sentido de la vergüenza; sino que asumimos que si la
gente se ríe de nosotros nadie nos escuchará. El miedo lo que hace es
distorsionar nuestra realidad. Nos hará ver una realidad muy negativa.
Pero
el miedo no solo se experimenta en un plano emocional, sino que el cuerpo
también lo sufrirá. Hará que te sientas torpe, que tu voz se aflaute, que los
nervios se activen, que te sude la frente, las manos, que el corazón se
acelere. Así que estás experimentando todo aquello que pensaste desde un
principio.
Fase
tres: El miedo te paraliza o te acelera.
Una
persona que teme hablar en público, cuando se enfrenta a esta situación
comenzará a imaginar lo peor. Comenzará a sudar, la voz le temblará, su cuerpo
se bloqueará. Y cuando llegue el momento de hablar se quedará sin voz. El miedo
paraliza.
Pero
el miedo también puede hacer otra cosa. Nos hará movernos en el sentido
contrario al que deseamos ir. Veamos un ejemplo mediante la actitud del león y
su presa. ¿Por qué ruge el león? El león ruge para generar dos reacciones en
las víctimas: las paraliza para después poderlas matar o provocar que huyan en
dirección contraria hacia donde hay más leones esperando para cazarlas.
Y
es que el miedo nos hace huir hacia lugares equivocados. Cuando experimentamos
miedos más propensos somos a hacer tonterías. Por ejemplo, si un niño tiene
miedo a la oscuridad, ¿qué hace?, pues se cubre la cabeza con la sábana. Como
si la sábana fuera un refugio blindado. Hay personas que antes de dormir miran
debajo de la cama. ¿Y si hubiera alguien que harían? Pues no se sabe bien, pero
siguen mirando debajo de la cama.
Cuando
el miedo nos controla hacemos cosas sin lógica.
Cuarta
fase: Mi primer recuerdo
La
imaginación nos induce el miedo. El miedo nos paraliza o nos acelera. Y esta
emoción se queda grabada en nuestros recuerdos para siempre.
Así
que cuando nos enfrentamos a una situación similar el primer recuerdo que
tendrás será de frenar o de acelerar. Si tu miedo se originó tras la traición
de un amigo, cuando estés delante de una amistad nueva tus recuerdos se
activarán. Y el pensamiento te dirá: ¿Y
si me engaña? Así que irás con mucho cuidado. Mirándole con lupa. Poniendo
en duda todo lo que dices. Quizás no te vuelvan a traicionar, pero no tendrás
un nuevo amigo.
Los
miedos que tenemos atesorados lo único que hacen es lograr que pierdas de vista
todo lo nuevo y bueno que llega a tu vida.
Y es que el miedo oscurece nuestra mente y nuestro entendimiento.
III. Yo tengo miedo a….
Todos
hemos experimentado miedos desde niños. Con los años algunos temores han
desaparecido y otros no. Otros, han crecido. Quizás un buen ejercicio sea definir
a qué tememos.
Yo
tengo miedo a….
1)
2)
3)
Etc
Nuestra
lista puede ser interminable. Es una lista muy personal. Pero es una lista que
dice qué cosas nos paralizan.
Próxima
semana: Cuando los miedos nos dejan heridas.
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