miércoles, 25 de noviembre de 2009

Valorando los momentos vividos.

Taller de oración.
Tema 9

I. Introducción.

La vida nos demuestra cada día que el modo en que nos sentimos con respecto a nosotros mismos afecta en forma decisiva todos los aspectos de nuestra experiencia. Los problemas revelan la visión íntima que poseemos de nosotros mismos, por lo tanto, la autoestima es la clave del éxito o del fracaso.

Asimismo, sostienen que la angustia, la depresión, el abuso del alcohol o de las drogas, el bajo rendimiento en el estudio o en el trabajo, entre otros problemas pueden atribuirse a una estima deficiente. De todos los calificativos que recibimos a diario, ninguno es tan importante como el nuestro propio. La autoestima positiva es el requisito fundamental para una vida plena.

II. Hay que hacerse preguntas.

Hacerse preguntas del tipo: ¿Qué pasaría con tu seguridad en ti mismo si sigues en lo mismo? ¿Cómo seria tu futuro si decidieras resistirte o posponer más aún los cambios que sabes que necesitas? Mirando la vida de otras personas a tu alrededor que en algún momento también hubieran necesitado cambiar situaciones similares a las que enfrentas ahora y decidieron no hacerlo ¿Qué piensas de cómo las ves hoy? ¿Como seria para ti llegar a vivir como los ves hoy?¿Es este el futuro que deseas?

Es más fácil no pensar, distraerse en otras cosas y perderse en la inconsciencia de lo que estamos construyendo con las decisiones que tomamos cada día.
Abrir el lente con el que miramos puede darnos nuevas perspectivas y reconsiderar y revalorar lo que estamos haciendo con nuestras vidas.

III. Valorando a los demás.

La Biblia enseña que nuestro amor a Dios es manifestado cuando amamos y honramos unos a otros. Como nos tratamos los unos a los otros afecta directamente nuestro cristianismo. Juan en su primera epístola a la iglesia dice que cualquier persona que odia su hermano todavía está en oscuridad. Recordemos el mandamiento del Jesús:

"Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros." Juan 13:34-35.

IV. Elementos necesarios para lazos cariñosos.

1. Compromiso: tenemos que mostrar nuestro compromiso. El amor requiere de evidencias. De recordatorios verbales y no verbales.

2. Conversaciones significativas: hay que interactuar verbalmente. También se interactúa de manera no verba. Por ejemplo: una mirada alegre.

3. Actividades: Convivencia. Hay que averiguar que le gusta a la otra persona. E involucrarse.

4. Necesidades físicas. Hay que ser cariñoso. Tocar con las manos. Abrazar. Aprovisionar.

V. ¿Y yo cuando?

Pero no sólo hemos de valorar a los demás. ¿Cuándo pensamos en nosotros? La respuesta está en nuestras manos. La decisión que asumamos depende del valor que le concedamos al tiempo para pensar en nosotros: para estar con nosotros mismos, reflexionando acerca de la existencia que estamos llevando. A solas.
Preguntarnos por nuestros ideales, sueños y verdaderos intereses, comparándolos con lo real. ¿Cuán grande es la brecha que nos separa de nosotros mismos? ¿Qué es lo que más apreciamos de la vida? ¿Estamos dispuestos a cambiar lo que nos disgusta? Reflexión basada en la acción que tenemos aquí y ahora. No en lo que ya vivimos o en lo que nos gustaría vivir. Vivimos el presente. El pasado ya pasó. Y en futuro aún no ha llegado. De nada sirve la lamentación, el reproche, ni el reclamo propio. La cuestión es hacer lo mejor que podemos con lo que tenemos.

VI. Poema

Debo aflojarme más, rompiendo el velo
que ciega muchas veces tu figura,
y avanzar hacia ti, con fe segura,
superando mi angustia y mis desvelos.

Debo aflojarme más en la ternura,
En oler el aroma de tu pelo,
En arder al influjo de tu celo,
En vivir cada instante con premura.

Debo, me digo, debo y debo
Y de tanto deber, siento acero,
Que se clava, tenaz, en mis entrañas.

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