sábado, 14 de febrero de 2015

Hablemos sobre la circuncisión sin tapujos aquí y ahora.

Anotaciones para un estudio bíblico de Hechos 15: 5-12

Se narra aquí cómo tuvo lugar el llamado concilio de Jerusalén, en el que por primera vez la comunidad madre se reúne a discernir algo que será de fundamental importancia para toda la cristiandad: ¿de dónde nos viene la salvación?

15, 5 PERO ALGUNOS DE LA SECTA DE LOS FARISEOS, QUE HABÍAN ABRAZADO LA FE, SE LEVANTARON

Los fariseos (palabra que significa 'separados'), miembros de una secta religiosa dentro del judaísmo, creían que podían alcanzar la salvación si cumplían al pie de la letra todos los mandamientos de la ley de Moisés, pero en su afán por lograr esto se pasaban de la raya. Para muchos fariseos cumplir la ley por cumplirla se volvió lo más importante, y muchas veces descuidaban el amor al prójimo y la misericordia. Recordemos cuando le reclaman a Jesús que haga curaciones en sábado. No les importa que una persona haya sido sanada, sino que se violó el precepto de descansar en sábado tal como ellos lo entienden (ver Lc 6,7; 13, 14) y así procedían en muchas otras circunstancias.
No en pocas ocasiones Jesús les recrimina su legalismo exagerado (ver Lc 6,9; 11, 42-44; 13, 15-16).

fariseos, que habían abrazado la fe. Se trata de fariseos que han descubierto que en Jesús se cumple todo lo anunciado en las Sagradas Escrituras, y ven en Él al Mesías prometido, pero un Mesías tal como ellos lo imaginan: que sigue sujeto a las leyes judías, que vino a darles cumplimiento y a mantenerlas vigentes. No les cabe en la cabeza que Jesús haya venido a superar muchos de los preceptos en los que ellos han creído toda la vida.

se levantaron. Es decir, se dispusieron a tomar la palabra, a exponer su punto de vista.
Llama la atención la gran libertad que todos tenían para dar su parecer, el gran respeto que privaba en la comunidad, donde todos tenían posibilidad de expresarse y ser escuchados.

PARA DECIR QUE ERA NECESARIO CIRCUNCIDAR A LOS GENTILES Y MANDARLES GUARDAR LA LEY DE MOISÉS.

Como ya se comentó en Hch 15, 1; es natural que estos hombres que han cumplido la ley de Moisés toda su vida, la ven como el único camino posible hacia la salvación, y consideran el cristianismo como la culminación de las promesas hechas por Dios al pueblo judío, consideren que todo pagano recién convertido al cristianismo debe antes hacerse judío. Ello implica, desde su punto de vista, circuncidarse y cumplir la ley de Moisés. Sin embargo cabe mencionar que eso de 'cumplir la ley de Moisés' como ellos lo entienden, no es nada sencillo. Recordemos que en tiempos de Jesús hay cientos de mandamientos y cientos de prohibiciones extraídos de la ley de Moisés, por lo cual la gente se encuentra restringida, siempre preguntándose si no ha infringido algún mandamiento, siempre con dudas acerca de qué es lo que verdaderamente vale la pena cumplir y qué no (recordemos a ese escriba que para poner a prueba a Jesús le pregunta que cuál es el mandamiento más importante de todos: ver Mt 22, 36-40).
En ocasiones queremos que otras personas que se acercan a Dios sigan exactamente el mismo camino que hemos seguido nosotros, pasen por la misma experiencia, asistan al mismo retiro, pertenezcan al mismo movimiento parroquial, en fin, vayan a nuestro ritmo; se nos olvida que Dios tiene sus caminos para cada uno, y cada persona es diferente y Dios se comunica con cada persona de manera diferente. Todos tenemos la tentación de estos fariseos, que con muy buena intención están proponiendo algo que según ellos es lo mejor, pero que no lo es para otros. Podemos compartir pero sin agobiar.

15, 6 SE REUNIERON ENTONCES LOS APÓSTOLES Y PRESBÍTEROS PARA TRATAR ESTE ASUNTO.

y los presbíteros. Eran miembros respetables de la comunidad cristiana a quienes los apóstoles habían dado algunas funciones administrativas y pastorales. A esta asamblea de la Iglesia primitiva se le ha llamado con frecuencia concilio de los apóstoles, también apostólico, y concilio o asamblea de Jerusalén.
Se reúnen a intercambiar opiniones. Aquí no hay una decisión autoritaria y vertical. Nadie puede decir que no pudo hablar, que no lo dejaron decir su punto de vista. Hay una verdadera comunidad fraterna.

Qué falta nos hace aprender de los primeros cristianos a escuchar puntos de vista opuestos, prestarles atención y, si es necesario, rebatirlos, pero en un intercambio sano y respetuoso. Tendemos a descalificar al que piensa distinto; de inmediato lo tildamos de equivocado o ignorante o tonto. La primera comunidad nos enseña la importancia de no cerrarnos al diálogo constructivo.

Para comprender el Concilio de Jerusalén conviene recordar que...en la Asamblea se trataron dos temas en dos planos de contenido y significado diferentes. El uno es el plano doctrinal y el otro el disciplinar. El plano doctrinal afecta a la teología de la salvación. Ésta, según los oponentes no se podría lograr por la fe en Jesús, sino por la práctica de la Ley de Moisés. Éste, que es el punto más importante, quedó definido para siempre: la salvación viene por la fe en Jesús.
En cambio, el segundo punto es el relativo a las costumbres...su aplicación dependió de la evolución y composición de las diversas comunidades cristianas.
La primera parte del Concilio se abre con el discurso de Pedro.

15, 7 DESPUÉS DE UNA LARGA DISCUSIÓN, PEDRO SE LEVANTÓ Y LES DIJO:

Ahora se levanta Pedro, que tiene autoridad para hablar, no sólo porque es el líder reconocido de la comunidad (nombrado por el propio Jesús), sino porque fue él a quien el Espíritu Santo le reveló, mediante una visión, que también para los paganos había llegado la salvación (ver Hch 10,5), y fue él quien presenció cómo el Espíritu Santo descendía sobre los paganos, tal como había descendido sobre los discípulos en Pentecostés (ver Hch 10, 44).

Una vez más Pedro da una lección acerca de cómo ser un líder cristiano: después de una larga discusión, se levanta; no antes. Él podía haber dicho desde el principio: 'yo creo esto, yo soy el líder de la Iglesia, así que se callan y me obedecen'. Y probablemente todos hubieran callado y obedecido. Sin embargo, se presta al diálogo, a la escucha, y es hasta después de que la discusión ya se ha vuelto larga, y muy probablemente repetitiva, que se siente impulsado, por el Espíritu Santo, a levantarse y hablar.

HERMANOS, VOSOTROS SABÉIS QUE YA DESDE LOS PRIMEROS DÍAS ME ELIGIÓ DIOS ENTRE VOSOTROS PARA QUE POR MI BOCA OYESEN LOS GENTILES LA PALABRA DE LA BUENA NUEVA Y CREYERAN. 15, 8 Y DIOS, CONOCEDOR DE LOS CORAZONES, DIO TESTIMONIO EN SU FAVOR COMUNICÁNDOLES EL ESPÍRITU SANTO COMO A NOSOTROS;

Me eligió Dios entre vosotros. Les está recordando no tanto Mt 16, 18-19; cuando Jesús lo nombró piedra sobre la que edificaría la iglesia, sino más bien se refiere aquí a todo lo sucedido con Cornelio y los paganos (ver Hch 10). Antes que nada, Pedro deja claro que el Señor lo eligió para ir a anunciar la buena nueva a los paganos. No fue idea suya sino inspiración de Dios.

Dios, conocedor de los corazones. Aquí va una pequeña indirecta a aquellos de los presentes que siempre han despreciado a los paganos, que los han considerado 'perros incircuncisos', indignos de la salvación. Pedro les hace ver
que han estado equivocados al juzgar que los paganos eran indignos de salvarse pues sólo Dios sabe lo que hay en el interior de los corazones, y Dios 'dio testimonio en su favor', consideró que los paganos merecían la salvación tanto como los propios judíos y, al igual que a éstos, les envió Su Espíritu Santo.

Es extraordinaria la buena voluntad de Pedro. Ya una vez les había relatado todo lo que había sucedido en casa de Cornelio, al final de lo cual había añadido una pregunta un tanto irónica: 'si Dios les ha concedido el mismo don que a nosotros, por haber creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo para poner obstáculos a Dios?' (Hch 11, 17), con lo cual pareció que todos se calmaron y hasta glorificaron a Dios diciendo: Así pues, también a los gentiles les ha dado Dios la conversión que lleva a la vida' (Hch 11, 18).
Ahora le vuelven a salir con lo mismo, y en lugar de decirles: '¿pues qué no entienden?, ya se los dije una vez y no lo vuelvo a repetir con toda paciencia les recuerda lo sucedido para de nuevo mover su corazón y abrirlo a la comprensión. Aprendió bien la lección de
paciencia del Maestro.

15, 9 Y NO HIZO DISTINCIÓN ALGUNA ENTRE ELLOS Y NOSOTROS, PUES PURIFICÓ SUS CORAZONES CON LA FE.

no hizo distinción alguna entre ellos y nosotros. Recordemos cómo cuando Pedro tuvo aquella visión sobre que no había animales puros e impuros, el Espíritu Santo lo movió a sacar una acertada conclusión: que Dios no hace distinción entre personas (ver Hch 10, 34). Ahora una vez más comparte el fruto de aquellas reflexiones. Un fruto importantísimo porque marca el comienzo de la auténtica universalidad de la Iglesia, el inicio de su apertura a todas las gentes de cualquier raza y condición.

purificó sus corazones con la fe. Tremenda afirmación para ser dicha ante unos fariseos que han vivido toda su vida creyendo que lo que purifica es la ley Pablo tocará este tema con mucha fuerza en algunas de sus cartas (a los Gálatas, a los Romanos, a los Hebreos). Es la fe la que justifica, no el cumplir con la ley de Moisés.

Una vez más vemos que Pedro no tiene empacho en hablar con toda claridad, aunque sepa perfectamente el efecto que pueden tener sus palabras. Aquí está ante un grupo de fariseos convertidos al cristianismo. Podría pensar: si les digo que no es la ley sino la fe lo que cuenta, pueden enojarse, salirse y nos vamos a quedar sin fariseos; los fariseos que todavía no se convierten, ya no lo harán, y seremos la burla de todos. Les puedo dar por su lado y así no perdemos seguidores'. Podría haber pensado así si fuera un político de nuestros tiempos, siempre torciendo sus principios con tal de ganar votos, pero Pedro no es así. Les dice la verdad y no contento con ello, incluye un cuestionamiento que hace eco de lo que el propio Jesús les reprochó

15, 10 ¿POR QUÉ, PUES, AHORA TENTÁIS A DIOS QUERIENDO PONER SOBRE EL CUELLO DE LOS DISCÍPULOS UN YUGO QUE NI NUESTROS PADRES NI NOSOTROS PUDIMOSSOBRELLEVAR?

tentáis a Dios. Pedro les está echando en cara el no querer aceptar una señal de Dios (como la de que el Espíritu Santo hubiera descendido sobre los paganos en casa de Cornelio) y estar todavía queriendo andar viejos caminos cuando Dios ha marcado claramente la nueva senda a seguir.

un yugo que ni nuestros padres ni nosotros pudimos sobrellevar. Pedro pone el dedo en la llaga. Durante años la gente se quejó interiormente porque la estricta
interpretación de la ley que habían hecho escribas y fariseos había echado sobre sus hombros la tremenda carga de tener que estar pendiente de cientos de mandamientos y prohibiciones. Pedro está repitiendo las palabras con que Jesús les recriminó esto mismo: Mt 23, 4;

15, 11 NOSOTROS CREEMOS MÁS BIEN QUE NOS SALVAMOS POR LA GRACIA DEL SEÑOR JESÚS, DEL MISMO MODO QUE ELLOS.

Pedro deja asentado algo importantísimo que, como se comentó antes, Pablo también enfatizará: la salvación nos viene por gracia de Jesucristo, es un regalo suyo, algo que nos da por pura gratuidad, por pura misericordia, sin que hayamos hecho nada para merecerla y sin que podamos hacer nada para ganarla: solamente se pide de nosotros que digamos sí y demostremos con nuestras acciones que aceptamos ese don. Leer Gal 5, 1-6;

Es importante volver a comentar algo que se ha dicho en otras ocasiones: esto de que la salvación nos viene por la fe en Cristo y no por cumplir la ley, los protestantes lo interpretan como que basta con creer en Jesús para salvarse; critican que los católicos digamos que la salvación nos viene por la gracia de Jesucristo y nuestras obras; malinterpretan esto e interpretan que los católicos creemos que podemos hacer ciertas obras para 'ganarnos' la salvación. Están en un error.
Los cristianos creemos que la salvación nos ha sido dada por Jesucristo gratuitamente. Pero sostenemos también que tenemos que demostrar, con nuestra vida, que la aceptamos; es decir: con obras. En este sentido, estas palabras de
Pablo en la Carta a los Gálatas, así como en muchas otras cartas, por no mencionar las palabras de Jesús que demuestran la importancia que daba a respaldar la fe con hechos concretos -como en Mt 25, 31-46- prueban que cuando el apóstol dice que no nos justifica la ley, se refiere a la ley de Moisés, pero no a las obras. Pues, como afirma al finalizar el párrafo antes citado de la Carta a los Gálatas: en Cristo Jesús ni la circuncisión ni la incircuncisión tienen valor, sino solamente la fe que actúa por la caridad. (Gal 5, 6), es decir, la fe que se traduce en amor expresado en hechos concretos, es decir: la fe expresada en obras.

15, 12 TODA LA ASAMBLEA CALLÓ Y ESCUCHARON A BERNABÉ Y A PABLO CONTAR TODAS LAS SEÑALES Y PRODIGIOS QUE DIOS HABÍA REALIZADO POR MEDIO DE ELLOS ENTRE LOS GENTILES.

la asamblea calló. El silencio de todos indicaba el respeto que imponían las palabras de Pedro; por lo que la controversia quedó resuelta en el plano doctrinal.

Bernabé y Pablo. Se mencionan en este orden debido sin duda al prestigio personal de que gozaba Bernabé en la comunidad madre de Jerusalén. Ambos apóstoles corroboran con ejemplos concretos lo que ha dicho Pedro. Dios ha realizado señales y prodigios a favor de los paganos, lo cual demuestra que Dios ha querido hacer llegar a estos pueblos su salvación.

¿Qué fue lo que más te llamó la atención del pasaje revisado hoy? ¿Por qué?


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