La nieve cae con resolución en una mañana de Sábado en Washington, pero el sótano de una iglesia cerca de al Capital de los Estados Unidos está repleto. Alrededor de 200 mujeres miembros de la iglesia reciben otro tanto de invitadas para té, galletas, conversación y evangelismo al estilo del siglo 16.
Lo que los nuevos visitantes de la Iglesia Bautista Capitol Hill escuchan, difícilmente se puede calificar como “Cristianismo para tontos”. Tampoco se trata de la versión cosmética de los que proclamaron ser “nacidos de nuevo” hace algunas décadas. En lugar de esto, podemos encontrar testimonios como el de la joven Kasey Gurley, que describe su desobediencia y sufrimiento en términos del Antiguo Testamento: “Yo adoraba mi propia comodidad, mi concepto de mí misma”, confiesa: “Como el idólatra pueblo de Judá, merecemos la plena ira de Dios”, advierte a las asistentes, “Nunca estaremos seguras si confiamos en nuestras buenas intenciones”, pero agrega “Cristo murió por nosotros” La oración que hace al final es tanto franca como trascendente “Nuestro consuelo en el sufrimiento es este: que por medio de Cristo nos provees vida eterna”. Hay un silencio tal, que podrías escuchar el sonido de una hojuela de avena al quebrarse.
Hoy en día la teología calvinista está resurgiendo y confrontando a un evangelio de prosperidad centrado en el hombre, el cual ha sido abrazado por el evangelicalismo moderno contra un mensaje que se sumerge en las Escrituras y se centra en Dios. En una era de materialismo y religiones hechas a la medida, las doctrinas inmaleables del Calvinismo y de su concepto de Dios como todopoderoso, quien decide todas las cosas, está ganando terreno sobre muchos Cristianos – especialemente los jóvenes.
Veinteañeros seguidores del calvinismo, o de la teología Reformada, se pueden econtrar entre los presbiterianos, anglicanos y evangélicos independientes. En la Convención Bautista del Sur, la más grande denominación protestante del país, por lo menos un 10 por ciento de los pastores se identifican como calvinistas, mientras que más de un tercio de los seminaristas que se están graduando recientemente también lo son.
Pero el mayor impacto de este movimiento no está en las bancas, más bien en los círculos de publicaciones y en los clog Cristianos, en las escuelas de teología y en las conferencias como “Juntos por el Evangelio” donde las “estrellas del rock” de la teología reformada exploran sus tópicos como: “El pecador ni tiene la capacidad ni tiene el deseo: La doctrina de la absoluta inhabilidad”. “Es claro que hay un resurgimiento del calvinismo”, dice Steven Lemke, profesor en el Seminario Teológico Bautista de New Orleans.
Este interés renovado llega en un punto crucial del acontecer religioso americano. Después de revisar una encuesta que muestra una declinación muy marcada en el número de personas que se identifican como Cristianos, el periódico Newsweek declaró que “podríamos estar siendo testigos del fin de la América cristiana”
En cierto modo, Newsweek podría haber hecho una declaración no muy acertada. Cinco siglos después de que Martín Lutero confrontara a la Iglesia Católica-romana, algunos observadores no solamente ven una América post-cristiana sino una desarticulación de la Reforma Protestante en sí misma. Esta alarma está basada en estadísticas que muestran lo débiles que son los cristianos en cuanto a sus creencias.
Pero ahora vienen los alvinistas con su retorno a doctrinas inviolables y su discurso sobre la condenación – en esencia, es el retorno de los puritanos, a excepción de sus vestimentas y pelucas. ¿Es esto solo un momento de nostalgia o será el comienzo de una revolución más profunda contra el enfoque evangélico moderno que proclama “Jesús es nuestro amigo”? – En otras palabras – ¿Hacia dónde se dirige el cristianismo? Cuando las personas hoy en día escuchan el nombre de Juan Calvino, piensan sobre todo en la predestinación – la idea controversial de que Dios pre-ordenó todas las cosas que sucederían, incluyendo quiénes serían salvos y quiénes no. Lo que la gente olvida es que este teólogo francés del s. XVI transformó el pensamiento occidental tanto por lo que enseñó como por la forma en que lo enseñó. Su libro “La Institución de la Religión Cristiana”, se volvió en el manual de referencia para la fe protestante. Y su detallado y estilo de predicación expositiva, vino a ser un ejemplo para varias generaciones de clérigos, él pasó cinco años exponiendo el libro de los Hechos, versículo por versículo.
Sus detractores ven a Calvino como un teócrata que castigaba a los herejes y que moldeó la ciudad de Ginebra, donde predicó, según el modelo de su ideología fatalista.
Pero sus seguidores lo ven como un hombre que recobró el cristianismo centrado en Dios, sentó bases para la libertad religiosa y animó a incontables creyentes a leer la Biblia por sí mismos.
Gerlad Bray, un profesor de la Escuela de Divinidad en Birmingham admite: “Nos guste o no, él es una de las grandes mentes que dieron forma al mundo moderno”, “ideas de democracia, mercado abierto, capitalismo, igualdad de oportuniddes se generaron en Ginebra y se pusieron en práctica según las posibilidades de aquella época”.
La influencia de Calvino en la fundación de los Estados Unidos es innegable. El patriotismo de la nación, la ética del trabajo, el sentido de igualdad, la moral pública y aún elementos de democracia, brotaron como parte del pensamiento Puritano en Nueva Inglaterra. Cuando el predicador calvinista Jonathan Edwards dijo a los feligreses en 1741 que ellos estaban como pendiendo de una tela de araña sobre el abismo del infierno, solo por la gracia de la mano del Dios al que habían ofendido, no estaba abrazando ningún credo herético sino que usaba el vocabulario básico de la fe americana. No fue sino hasta el s.XIX que las doctrinas calvinistas llegaron a ser opacadas.
Por simple lógica, el sistema calvinista no podría ser popular en nuestros días. La gran mayoría de cristianos predican una teología de comodidad: “Puedes hacerlo tú mismo, podemos ayudarte”. Esto se nota en títulos populares como “Tu mejor vida ahora: 7 pasos para vivir tu potencial completo” de Joel Osteen. Este mensaje de auto realización a través del compromiso cristiano atrae a multitudes haciendo que las iglesias grandes se conviertan en mega iglesias.
Al mismo tiempo, esa forma estricta en que los calvinistas pretenden seguir la Biblia, difícilmente resuena como alguna vez lo hizo en la sociedad Americana. El Grupo Barna, una firma de investigación asentada en California, realizó una encuesta recientemente para medir cuántos adultos en los Estados Unidos mantienen una “cosmovisión bíblica” – por ejemplo, afirmar que la Biblia es completamente confiable, que una persona no puede ganar su entrada al cielo simplemente por ser buena, que Dios es el creador todopoderoso del universo. El resultado: una aguja delgada del 9%, entre los jóvenes de 18 a 23 años. Esto incluso entre los llamados “cristianos nacidos de nuevo”, entre los cuales llegó a un 19%.
En un reporte separado, Barna encontró que entre los llamados cristianos “nacidos de nuevo”, más de 6 de cada 10 dicen que ellos adaptan su fe, y que no siguen la teología de ninguna iglesia. “Los estadounidenses se sienten bien tomando y escogiendo los puntos de vista teológicos que les parecen convenientes y útiles, dejando el resto de las enseñanzas de la Biblia”, según afirma el reporte. A groso modo, la implicación es esta: las Sagradas Escrituras ya no constituyen el ancla de la espiritualidad americana.
Por supuesto, esta era la advertencia Católico-romana a los primeros reformadores hace cinco siglos: Si se separan de la iglesia, la ortodoxia se desvanecerá. Al enfatizar la sana doctrina y el Evangelio pleno, los nuevos calvinistas pretenden restaurar lo que ellos consideran la estabilidad de la fe protestante.
Mark Dever afirma: “Muchas personas creen que la religión es algo que puedes armar de ideas que piensas que son gratas a tu personalidad o que encuentras beneficiosas, No es así, es una realidad objetiva. Es lo que es”. Más ampliamente, el avivamiento Calvinista refleja un esfuerzo por reafirmar el fundamento de la fe misma. La enseñanza de que el hombre necesita una mejoría se puede encontrar tanto en iglesias evangélicas conservadoras como en los grupos liberales de la Nueva Era. Esto no es así en el Calvinismo: el énfasis está en la gloria de Dios. Y la gravedad de Su voluntad es inmensa: Puede ser negada, pero no desafiada.
El patrón que consiste en convencer a los feligreses de su pecado y luego mostrarles la salida espiritual – tiene un efecto que cautiva la atención de la audiencia. Después del servicio, los feligreses se quedan compartiendo por una hora, se abrazan y comparten conversando. Un empleado de gobierno de nombre Dan Wenger nos dijo “He llegado a creer y entender que Dios no se trata fundamentalmente de mi persona, Él es mucho más grande que eso, la enseñanza en esta iglesia me ha ayudado a ver la Biblia en el contexto completo de la historia, no solo las partes que me hacen sentir bien”.
El pastor Dever reconoce que la gente podría preguntar: “¿Por qué habría Dios de crear a alguien que va a ir al infierno?”. Su respuesta captura la esencia del nuevo calvinismo. “Yo eso no lo sé”, confiesa: “Yo no inventé esto, solo estoy tratando de decirte lo que creo que es la verdad, no lo que a mí me gusta”.
Lo que cautiva a los de afuera, sin embargo, es que los nuevos calvinistas están restaurando la doctrina de la predestinación – Dios escoge a quiénes va a salvar – en una tierra que hace tiempo abrazó el concepto de que en la salvación Dios no dejó a ninguno por fuera. Llevada a su conclusión lógica, la predestinación afirma que Dios siempre ha regulado todas las cosas, incluso el mal. Esta creencia molesta a muchos cristianos. “¿Pre-ordenó Dios el 9/11? ¿El Holocausto?” Pregunta el profesor Lemke, pastor bautista, crítico del calvinismo, aunque no de todos sus puntos.
Lo que los críticos ven como una doctrina fatalista, sin embargo, Calvino lo veía como buenas nuevas: Que los propósitos de Dios se cumplirán a pesar de los caminos pecaminosos del hombre.
El profesor Bray nos dice: “Para él, la predestinación era una creencia liberadora porque dice que Dios puede escoger a cualquiera, aunque sea humilde, y usarlo para frustrar a los grandes hombres de este mundo. Hace que el cambio real sea posible y pone a personas ordinarias como tú y como yo en la posición de poder ver cuando esto ocurre. ¿No son estas buenas noticias?”
Muchos seguidores concuerdan, añadiendo que el calvinismo no es fatalismo: Eres responsable por tu conducta. Allen Guelzo, autor del libro “Edwards sobre la voluntad: Un siglo de debate teológico americano” dice. “El calvinismo es la foto grande del cristianismo” y “Está menos interesado en preguntar por qué Dios permite que cosas malas les ocurran a las personas buenas, y más bien pregunta si en realidad hay gente que sea buena genuinamente”. La predestinación es algo que los nuevos calvinistas consideran parte de su actitud al respecto de la Biblia: “O lo tomas todo, o bien, no tomes nada”
Continúa el profesor Bray diciendo: “Hoy en día tenemos más biblias y más guías de estudio bíblico que en toda la historia, pero las personas conocen menos del texto bíblico que nunca, Esto es desastroso, el enfoque de calvino en la predicación expositiva es más necesario que nunca”.
Finalmente, el calvinismo contrasta con las formas de evangelicalismo más atractivas donde se enfatiza “Jesús es mi amigo” y esto le diferencia mucho del resto del mundo de la fe. La escritora de best seller Phyllis Tickle considera a este nuevo interés en el calvinismo como la primera fase en contra de la última tendencia de la religión dominante de hoy: el levantamiento del cristianismo emergente.El Cristianismo Emergente, lo cual ella identifica como una tendencia que ocurre cada 500 años, no es tanto una doctrina o un movimiento como una actitud post-moderna hacia la religión misma. No está claramente organizado, pero valora la experimentación por encima de las reglas tradicionales y de la práctica cristiana.
Cuando las cosas llegan a este punto, dice la Sra. Tickle, “siempre hay quiénes reconocen la necesidad absoluta de reglas y de un fundamento”. O como lo dice la Sra Hagopian, con un claro compromiso calvinista: “La filosofía del cistianismo americano está muy lejos de la verdad bíblica”.
Josh Burek
http://elcaminoangosto.org/2010/03/30/reportaje-el-regreso-del-calvinismo/
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