En primer lugar es necesario aclarar que en la iglesia no existe ningún altar. ¿Qué es un altar? Altar es un monumento dispuesto para inmolar una víctima y ofrecerla en sacrificio.
En el catolicismo romano introdujeron ese termino en sus iglesias debido a que dicen ellos, allí repiten en cada misa el sacrificio de Cristo, por esta razón la llaman "el sacrificio de la misa", aunque también esa expresión es inapropiada, porque allí nunca se realiza ningún sacrificio cruento, es decir, con derramamiento de sangre.
Para poder entendernos los seres humanos, necesitamos comprender y darle el mismo significado a las palabras que empleamos, sino estaríamos intentando lo imposible, de querer comunicarnos en idiomas diferentes. Lo que ocurrió en Babel fue precisamente eso, el juicio de Dios que confundió las lenguas y no pudieron entender el habla de su compañero.
El Señor nos manda que nuestro hablar sea conforme a Su Palabra, y no conforme a las modas y costumbres que los hombres han impuesto, por muy sinceras u honestas que nos parezcan. 1Pd.4: 11 "Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios".
Hasta aquí hemos establecido dos puntos indispensables para poder tener un dialogo normal e inteligente:
Primero, que hemos de utilizar las palabras con el verdadero sentido que cada una de ellas tiene, dentro del idioma que usamos. Si alguno tiene dudas sobre el significado de algún vocablo, lo más cuerdo es que consulte con un diccionario de la lengua castellana y verifique el sentido y verdadero alcance de esa palabra.
Segundo, si se trata de un tema bíblico, es imprescindible comprobar con la Biblia cual es el verdadero sentido en que Dios la utiliza, para que nuestro hablar sea realmente conforme a Su Palabra, y no necesariamente a la palabra de los hombres. Hoy, que tenemos a nuestro alcance con tanta facilidad una concordancia, busque esa palabra y compruebe a la luz de su contexto cómo la emplea Dios, y ese debe ser el valor y sentido que debemos darle para que nuestro hablar sea realmente conforme a Su Palabra.
Cualquier diccionario le dará el significado a la palabra "altar" como el lugar donde se realizan sacrificios cruentos, es decir, con derramamiento de sangre de una víctima que es derramada en libación. Y la Biblia la emplea en el mismo sentido.
En Ex.20, donde se encuentran los diez mandamientos que Dios le entregó a Moisés, dice Dios en el verso 24 "Altar de tierra harás para mí, y sacrificarás sobre él tus holocaustos". En el libro de Levítico, donde están las instrucciones para los sacerdotes levitas, dice por ejemplo en el cap. 1: 5 "Entonces degollará el becerro en la presencia de Jehová; y los sacerdotes hijos de Aarón ofrecerán la sangre, y la rociarán alrededor sobre el altar".
Las pocas referencias que encontramos en el Nuevo Testamento al altar, son alusiones al altar del templo judío. Y cuando en Apocalipsis menciona un altar, es dentro del simbolismo del libro, para indicar el verdadero símbolo que representaba el altar terrenal, señalando el lugar sagrado que corresponde en el cielo.
El tabernáculo fue ordenado por Dios construirlo, de acuerdo al modelo que le mostró a Moisés y que corresponde a símbolos terrenales, para representar cosas celestiales.
Pero jamás el Nuevo Testamento hace referencia que alguna iglesia tuviera altar ¿Por qué? La respuesta es obvia, porque la iglesia descansa sobre el único y perfecto sacrificio que realizó el Señor Jesucristo, el cual fue "consumado" por el verdadero Cordero de Dios.
Heb.9: 26 "se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado".
Heb.9: 27 "Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos".
Heb.10: 10 "mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre".
Heb.10: 14 "porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados".
Heb.10: 11-12 "ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios (en el templo), que nunca pueden quitar los pecados; pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios".
Una iglesia evangélica, que dice creer y aceptar ese único y perfecto sacrificio que realizó el Señor Jesucristo una sola vez para siempre, y que dice basarse en el modelo bíblico de acuerdo a las enseñanzas de Su Palabra, no tiene justificación alguna para seguir hablando que allí continúa existiendo un altar ¿Qué sacrificio están repitiendo?
En la iglesia cristiana no existe altar, porque no existe más sacrificio, debido a que el Cordero de Dios se ofreció en sacrificio una sola vez para siempre, jamás se volverá a repetir, debido a su perfección la cual fue consumada en la cruz del Calvario.Es errado seguir hablando de un altar dentro de la iglesia cristiana, porque se estaría menospreciando el sacrificio único y perfecto que realizó el Señor Jesucristo para siempre. Si no hay otro sacrificio, no debe existir otro altar.
Hemos de ser muy cuidadosos con los términos que empleamos para referirnos a las cosas del Señor, porque es hasta blasfemo hablar de un altar dentro de la iglesia y no corresponde a lo que Dios dice en Su Palabra. Que nuestro hablar sea conforme a Su Palabra.
Ahora que he aclarado esta parte que considero la más importante de la pregunta, me referiré a continuación a esa gimnasia que se realiza en muchas iglesias, de llamar adelante a los que quieran ser salvos, como si allí van a estar más cerca del cielo o del Señor.El mismo Señor que está adelante, también está en la banca donde cada uno se sienta y lo que es más importante, en el corazón de cada pecador que se arrepiente de sus pecados.
Es lamentable el triste espectáculo que presentan las iglesias con esas prácticas antiescriturales, porque muchas personas viven cada semana pasando adelante, debido a que nunca han llegado a tener la seguridad de su salvación eterna.A ellos la salvación les dura unos pocos días y necesitan salvarse cada domingo. Aunque la Biblia dice que somos salvos eternamente. (Heb.7: 25) "por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios". El regalo que ofrece el Señor es vida eterna, y no vida hasta el próximo Domingo. (Jn.10:28) " Yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano".
Siempre hemos de confrontar con las Escrituras para ver si esas cosas deben ser así. Eso era lo que hacían los hermanos fieles de Berea, (Hch.17: 10) "escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así".
Hemos visto que en ninguna iglesia del Nuevo Testamento existió un altar, porque no existe otro sacrificio que presentar. Y ahora sobre la practica de pasar adelante, tampoco vemos que existió en la iglesia neotestamentaria.
Cuando Pedro predicó el evangelio el día de Pentecostés, la muchedumbre se compungió de corazón y preguntaron ¿qué haremos? No les dijo: "Pasen adelante, o levanten la mano los que quieran ser salvos". Simplemente les dijo (Hch.2: 37-38) "arrepentios". Porque la salvación es por creer de corazón, no por pasar adelante o levantar la mano.Allí no existía el emocionalismo, ni los "monitores" o acomodadores que "gentilmente" sacan a la gente de sus bancas para que pasen adelante, ni los coros que apelan a los sentimientos, ni ninguna estratagema de hombres. Solamente existía la poderosa Palabra de Dios y el poder del Espíritu Santo quebrantado los corazones, por eso llegó a ser una iglesia poderosa.
Si alguien considera que esa practica de hacer los llamados para que la gente pase a los pies del pastor es correcta, debe poder demostrarlo con la Biblia. ¿Dónde dice eso o aparece como ejemplo para seguir? ¿No están en el Nuevo Testamento todas las instrucciones para que sepamos como debemos conducirnos en la casa de Dios? (1Tm.3: 15).
Esto de hacer llamados para pasar al altar, no es otra cosa que llevar a la gente a los pies del pastor, debido a que efectivamente no existe ningún altar en la iglesia ¿o Ud. sabe cual es el altar? En una iglesia católica podemos ver el "altar" donde colocan a su dios de harina y lo parten en dos en sacrificio en cada misa. Pero en una iglesia evangélica ¿ha visto alguna vez un altar? Naturalmente que no, porque no existen allí.
La Biblia nos advierte que el corazón del hombre es idolátrico. (Hch.10: 25-26) Cuando Pedro visitó la casa de Cornelio: "Pedro entró, salió Cornelio a recibirle, y postrándose a sus pies adoró, mas Pedro le levantó, diciendo: Levántate, pues yo mismo también soy hombre". También lo vemos en el caso de Pablo en la ciudad de Listra (Hch.14: 11-15) cuando la multitud vio la sanidad que hicieron, gritaron: "Dioses bajo la semejanza de hombres han descendido a nosotros...Cuando lo oyeron los apóstoles, rasgaron sus ropas y se lanzaron entre la multitud, dando voces, y diciendo: Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros".
Los apóstoles siempre repudiaron toda clase de veneración al hombre, por esta razón cuando predicaban el evangelio, solamente hacían un llamado al arrepentimiento, pero jamás a pasar adelante a los pies de ellos, o pedirles que levantaran sus manos los que quisieran ser salvos, para satisfacer sus egos y ver "cuantos se habían convertido" con su predicación, como si la obra de la salvación fuera mérito de ellos.
Jack Fleming
En el catolicismo romano introdujeron ese termino en sus iglesias debido a que dicen ellos, allí repiten en cada misa el sacrificio de Cristo, por esta razón la llaman "el sacrificio de la misa", aunque también esa expresión es inapropiada, porque allí nunca se realiza ningún sacrificio cruento, es decir, con derramamiento de sangre.
Para poder entendernos los seres humanos, necesitamos comprender y darle el mismo significado a las palabras que empleamos, sino estaríamos intentando lo imposible, de querer comunicarnos en idiomas diferentes. Lo que ocurrió en Babel fue precisamente eso, el juicio de Dios que confundió las lenguas y no pudieron entender el habla de su compañero.
El Señor nos manda que nuestro hablar sea conforme a Su Palabra, y no conforme a las modas y costumbres que los hombres han impuesto, por muy sinceras u honestas que nos parezcan. 1Pd.4: 11 "Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios".
Hasta aquí hemos establecido dos puntos indispensables para poder tener un dialogo normal e inteligente:
Primero, que hemos de utilizar las palabras con el verdadero sentido que cada una de ellas tiene, dentro del idioma que usamos. Si alguno tiene dudas sobre el significado de algún vocablo, lo más cuerdo es que consulte con un diccionario de la lengua castellana y verifique el sentido y verdadero alcance de esa palabra.
Segundo, si se trata de un tema bíblico, es imprescindible comprobar con la Biblia cual es el verdadero sentido en que Dios la utiliza, para que nuestro hablar sea realmente conforme a Su Palabra, y no necesariamente a la palabra de los hombres. Hoy, que tenemos a nuestro alcance con tanta facilidad una concordancia, busque esa palabra y compruebe a la luz de su contexto cómo la emplea Dios, y ese debe ser el valor y sentido que debemos darle para que nuestro hablar sea realmente conforme a Su Palabra.
Cualquier diccionario le dará el significado a la palabra "altar" como el lugar donde se realizan sacrificios cruentos, es decir, con derramamiento de sangre de una víctima que es derramada en libación. Y la Biblia la emplea en el mismo sentido.
En Ex.20, donde se encuentran los diez mandamientos que Dios le entregó a Moisés, dice Dios en el verso 24 "Altar de tierra harás para mí, y sacrificarás sobre él tus holocaustos". En el libro de Levítico, donde están las instrucciones para los sacerdotes levitas, dice por ejemplo en el cap. 1: 5 "Entonces degollará el becerro en la presencia de Jehová; y los sacerdotes hijos de Aarón ofrecerán la sangre, y la rociarán alrededor sobre el altar".
Las pocas referencias que encontramos en el Nuevo Testamento al altar, son alusiones al altar del templo judío. Y cuando en Apocalipsis menciona un altar, es dentro del simbolismo del libro, para indicar el verdadero símbolo que representaba el altar terrenal, señalando el lugar sagrado que corresponde en el cielo.
El tabernáculo fue ordenado por Dios construirlo, de acuerdo al modelo que le mostró a Moisés y que corresponde a símbolos terrenales, para representar cosas celestiales.
Pero jamás el Nuevo Testamento hace referencia que alguna iglesia tuviera altar ¿Por qué? La respuesta es obvia, porque la iglesia descansa sobre el único y perfecto sacrificio que realizó el Señor Jesucristo, el cual fue "consumado" por el verdadero Cordero de Dios.
Heb.9: 26 "se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado".
Heb.9: 27 "Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos".
Heb.10: 10 "mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre".
Heb.10: 14 "porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados".
Heb.10: 11-12 "ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios (en el templo), que nunca pueden quitar los pecados; pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios".
Una iglesia evangélica, que dice creer y aceptar ese único y perfecto sacrificio que realizó el Señor Jesucristo una sola vez para siempre, y que dice basarse en el modelo bíblico de acuerdo a las enseñanzas de Su Palabra, no tiene justificación alguna para seguir hablando que allí continúa existiendo un altar ¿Qué sacrificio están repitiendo?
En la iglesia cristiana no existe altar, porque no existe más sacrificio, debido a que el Cordero de Dios se ofreció en sacrificio una sola vez para siempre, jamás se volverá a repetir, debido a su perfección la cual fue consumada en la cruz del Calvario.Es errado seguir hablando de un altar dentro de la iglesia cristiana, porque se estaría menospreciando el sacrificio único y perfecto que realizó el Señor Jesucristo para siempre. Si no hay otro sacrificio, no debe existir otro altar.
Hemos de ser muy cuidadosos con los términos que empleamos para referirnos a las cosas del Señor, porque es hasta blasfemo hablar de un altar dentro de la iglesia y no corresponde a lo que Dios dice en Su Palabra. Que nuestro hablar sea conforme a Su Palabra.
Ahora que he aclarado esta parte que considero la más importante de la pregunta, me referiré a continuación a esa gimnasia que se realiza en muchas iglesias, de llamar adelante a los que quieran ser salvos, como si allí van a estar más cerca del cielo o del Señor.El mismo Señor que está adelante, también está en la banca donde cada uno se sienta y lo que es más importante, en el corazón de cada pecador que se arrepiente de sus pecados.
Es lamentable el triste espectáculo que presentan las iglesias con esas prácticas antiescriturales, porque muchas personas viven cada semana pasando adelante, debido a que nunca han llegado a tener la seguridad de su salvación eterna.A ellos la salvación les dura unos pocos días y necesitan salvarse cada domingo. Aunque la Biblia dice que somos salvos eternamente. (Heb.7: 25) "por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios". El regalo que ofrece el Señor es vida eterna, y no vida hasta el próximo Domingo. (Jn.10:28) " Yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano".
Siempre hemos de confrontar con las Escrituras para ver si esas cosas deben ser así. Eso era lo que hacían los hermanos fieles de Berea, (Hch.17: 10) "escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así".
Hemos visto que en ninguna iglesia del Nuevo Testamento existió un altar, porque no existe otro sacrificio que presentar. Y ahora sobre la practica de pasar adelante, tampoco vemos que existió en la iglesia neotestamentaria.
Cuando Pedro predicó el evangelio el día de Pentecostés, la muchedumbre se compungió de corazón y preguntaron ¿qué haremos? No les dijo: "Pasen adelante, o levanten la mano los que quieran ser salvos". Simplemente les dijo (Hch.2: 37-38) "arrepentios". Porque la salvación es por creer de corazón, no por pasar adelante o levantar la mano.Allí no existía el emocionalismo, ni los "monitores" o acomodadores que "gentilmente" sacan a la gente de sus bancas para que pasen adelante, ni los coros que apelan a los sentimientos, ni ninguna estratagema de hombres. Solamente existía la poderosa Palabra de Dios y el poder del Espíritu Santo quebrantado los corazones, por eso llegó a ser una iglesia poderosa.
Si alguien considera que esa practica de hacer los llamados para que la gente pase a los pies del pastor es correcta, debe poder demostrarlo con la Biblia. ¿Dónde dice eso o aparece como ejemplo para seguir? ¿No están en el Nuevo Testamento todas las instrucciones para que sepamos como debemos conducirnos en la casa de Dios? (1Tm.3: 15).
Esto de hacer llamados para pasar al altar, no es otra cosa que llevar a la gente a los pies del pastor, debido a que efectivamente no existe ningún altar en la iglesia ¿o Ud. sabe cual es el altar? En una iglesia católica podemos ver el "altar" donde colocan a su dios de harina y lo parten en dos en sacrificio en cada misa. Pero en una iglesia evangélica ¿ha visto alguna vez un altar? Naturalmente que no, porque no existen allí.
La Biblia nos advierte que el corazón del hombre es idolátrico. (Hch.10: 25-26) Cuando Pedro visitó la casa de Cornelio: "Pedro entró, salió Cornelio a recibirle, y postrándose a sus pies adoró, mas Pedro le levantó, diciendo: Levántate, pues yo mismo también soy hombre". También lo vemos en el caso de Pablo en la ciudad de Listra (Hch.14: 11-15) cuando la multitud vio la sanidad que hicieron, gritaron: "Dioses bajo la semejanza de hombres han descendido a nosotros...Cuando lo oyeron los apóstoles, rasgaron sus ropas y se lanzaron entre la multitud, dando voces, y diciendo: Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros".
Los apóstoles siempre repudiaron toda clase de veneración al hombre, por esta razón cuando predicaban el evangelio, solamente hacían un llamado al arrepentimiento, pero jamás a pasar adelante a los pies de ellos, o pedirles que levantaran sus manos los que quisieran ser salvos, para satisfacer sus egos y ver "cuantos se habían convertido" con su predicación, como si la obra de la salvación fuera mérito de ellos.
Jack Fleming
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