jueves, 29 de abril de 2010

¿Estamos dentro o fuera del salero?

13 “Vosotros sois la sal de este mundo. Pero si la sal deja de ser salada, ¿cómo seguirá salando? Ya no sirve para nada, así que se la arroja a la calle y la gente la pisotea. Mateo 5


La afirmación de esta mañana es muy clara: Uds. son la sal de este mundo. ¿Y qué significa esto? Esto significa que cuando cada iglesia es ella misma y es fiel a la voluntad de Dios expresada en sus Escrituras, por mucha corrupción o malos olores que haya fuera, la iglesia puede hacer algo por mejorar la situación del mundo.

No se si han oído hablar de la doctrina anglicana de la gracia común. Esta doctrina dice que Dios ha establecido ciertas instituciones que refrenan los instintos egoístas de los hombres e impiden que la sociedad caiga en la anarquía. Entra estas instituciones está el Estado y la familia. Nosotros como reformados creemos que estos pueden ejercer buena influencia sobre la comunidad en general.

Pero, a pesar de lo que dije anteriormente, creo también que Dios pretende que el más poderoso de sus recursos dentro de una sociedad en crisis como la nuestra sea su propio pueblo salvado y santificado; la iglesia.

¿Por qué se dice que la iglesia es como la sal? La efectividad de la sal radica en su condición de salar. La buena sal nunca perderá su sabor. Es un compuesto químico bastante estable. Pero la mejor sal podría contaminarse con impurezas y entonces se volvería inútil y hasta peligrosa. Cuando Jesús habla de sal esta pensando en ese polvo blanco salado que se recogía en los alrededores del Mar Muerto y que podía estar mezclado con otras cosas, dado que en aquellos tiempos no habían refinerías.

El sabor del cristiano se conoce por su carácter. Las bienaventuranzas que hemos estado estudiando hablan de lo que espera Dios de sus hijos. Y me refiero tanto a las palabras como a las obras. El cristiano si quiere ser efectivo tiene que actuar como Jesús. Si tú quieres impactar, ser referencia tienes que comportarte como un hijo de Dios. De la misma manera que sabemos cuando una comida tiene sal cuando está salada.

Si la iglesia se comporta como lo hace la sociedad no es una iglesia, es otra cosa. Si los cristianos se comportan y dicen las mismas cosas que los no cristianos pierden su influencia y acabarán extinguiéndose. Podremos influir sobre esta sociedad en medida que seamos distintos, diferentes, no parecidos o idénticos.

Cuando la iglesia ha actuado de manera distinta a como lo hace la sociedad la iglesia resulta atrayente y se pueden cambiar las cosas. Entonces el mundo escucha su mensaje.

Pero si nosotros los cristianos no nos distinguimos de los no cristianos no servimos para nada. Seremos echados fuera, como la sal contaminada o insípida.

La historia del cristianismo esta llena de ejemplos de iglesias que de ser comunidades de referencias pasaron a ser olvidadas y acabaron desapareciendo. ¡Que ironía, los cristianos pueden pasar de ser los salvadores del mundo o ser el material que se echa en las carreteras para que no se forme hielo!

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