martes, 21 de julio de 2015

¿Qué enseña el AT a la sociedad y a la iglesia de hoy día?



Como escribía el teólogo John William Drane1 el Antiguo Testamento es un libro extraño y ajeno al hombre moderno sea o no cristiano. Los sacrificios no resultan para nada atrayentes en nuestra sociedad actual y menos aún entendibles. Pero el conocimiento del Nuevo Testamento nos exige un entendimiento profundo de su antecesor. Debemos entender que Jesús vivió como judío practicante dentro de una comunidad hebrea y por lo tanto estos textos y esta fe marcó su forma de pensamiento y sus actos, siendo primordiales en su vida.

El Antiguo Testamento nos muestra la personalidad de Dios y las relaciones que tiene con los hombres y con el mundo. Aspectos como la confianza ciega ante el Señor, cuestiones como qué es lo que Dios espera del hombre, las primeras muestras del Espíritu Santo, Dios como creador… son cualidades que pueden aportar a nuestra actual sociedad multitud de respuestas o ser simples guías de comportamiento, aplicando valores que hoy en día están casi olvidados o en desuso.

Por este motivo el acercamiento a estas escrituras, desde nuestra más profunda humildad, nos ayudará a ampliar nuestro conocimiento en todos aquellos acontecimientos que padeció el pueblo hebreo y cómo, con la acción y el perdón de Dios, supo encontrar siempre el camino de vuelta a su tierra, a su nuevo encuentro con Yahvé.

1.-Confianza ciega en Dios.

La confianza ciega en Dios del cristiano tiene que ser incuestionable. Un ejemplo de pérdida de confianza hacia Yahvé es el sometimiento de Acaz y su pueblo para conseguir protección de los asirios. Esta pérdida de confianza (torpeza política de Acaz) tiene como resultados grandes repercusiones, sobre todo sociales, llegándose a perder gran parte del territorio judío y experimentando una terrible recesión económica. La no observancia de las “leyes  del Sinaí” provoca la desgracia automática del pueblo y la destrucción de la sociedad, en definitiva, un distanciamiento entre Dios y el hombre.

En aquellos momentos en el que hemos visto al pueblo hebreo distanciado de Dios, nos hemos dado cuenta, gracias a las descripciones del Antiguo Testamento, que la sociedad judía se encontraba totalmente perdida y desamparada. Con el esfuerzo personal del hombre, su humillación ante Dios y arrepentimiento de sus actos, el pueblo semita, ha sabido renovar su fe y volver a entrar en los brazos de Yahvé.

El Dios del A.T. se muestra como aquel que está por encima de todo gobernante terrenal, por encima de los tiranos que oprimen al pueblo (Is 1:21-23) y de sus leyes injustas. Con estas aclaraciones que nos hace el texto veterotestamentario nos queda claro que aquella persona que ha mantenido la fidelidad y confianza a Yahvé no tiene nada que temer, ya que los juicios con duras consecuencias sólo serán para aquellos que mostraron unas actitudes apartadas de la justicia.

Los ejemplos del cautiverio en Egipto y en Babilonia son muestras de la recompensa que ofrece Dios a aquel que mantiene la fidelidad y la confianza a su Señor. La huida de Egipto y la descripción de la separación de las aguas del Mar Rojo por la acción del Señor (Is 43:16-17 e Is 51:10) son un regalo al pueblo. Con esta ofrenda el hombre podrá llegar a la tierra de Canaán así como en Is 48:20-21 donde se explica que, el día que Babilonia caiga, aquellos judíos que hayan tenido una buena condición de corazón regresarán a su tierra.

En Ez 16:15-22 vemos otro punto muy importante: el abandono de Dios por su pueblo por adoptar otras formas de culto (a otros dioses). Parece que, durante la historia, el pueblo hebreo va cometiendo los mismos errores y uno de ellos es el olvidarse de todo aquello que hizo Yahvé por su nación. Pero siempre aparece un mensaje de esperanza final que, con nuestro arrepentimiento, se consigue el perdón (Ez 16:62-63). 

Como ejemplo de confianza en Dios tenemos el libro de Job. Al final de un camino de sufrimiento, aquel que tiene una fe inquebrantable, poseerá el encuentro con Dios (Job 16:18-21). El arrepentimiento de actos o pensamientos cobra de nuevo una gran importancia y sobre todo aparece la imagen de la duda (una duda honesta e inquisitiva) que se apodera de este hombre, pero que termina siendo un reforzamiento de la fe con un magnífico encuentro final con el Señor.


2.- ¿Qué es lo que Dios espera del hombre?

Miqueas nos habla en  6:6-8 de qué es lo que Dios espera del hombre, que no es nada fuera de lo normal. El hombre no es necesario que ofrezca grandes ofrendas sino que debe ser una persona justa, amar con misericordia  y tener presente la humillación propia ante Dios.

Otros ejemplos de vanas ofrendas que ofrece el hombre lo encontramos en Is 1:10-15 e Is 29:13. La sinceridad del acercamiento a Dios es un punto muy destacado en el A.T.  El pueblo (o la persona) que se acerca a Dios sólo por su boca, pero no con su corazón, es un tema en el que se hace mucho hincapié. Dios espera de nosotros la máxima sinceridad, una sinceridad que debe estar dentro de nuestro ser y mostrarse en nuestras acciones y relaciones, no sólo con Dios (ya que estaríamos cayendo en igual hipocresía) si no que debe ser una cualidad intrínseca de nuestra personalidad.

Además de conocer en profundidad la personalidad de Dios, las escrituras veterotestamentarias, nos proporcionan multitud de reglas sociológicas para nuestras relaciones o mejoras personales. En el libro de J. W. Drane2 ya mencionado encontramos una explicación de lo que es sabiduría (elementos del carácter y educación que capacitan para ser un miembro maduro y con éxito dentro de la sociedad) y aquellas cualidades que debe tener el hombre sabio como son: conocer la diferencia entre el bien y el mal (1 Reyes 3,9), destreza política para tratar al pueblo y relaciones internacionales (1 Reyes 5,7-12), sensibilidad para resolver disputas… Todos estos son ejemplos de comportamiento social en los que podemos encontrar una guía para nuestro comportamiento propio, para mejorar nuestra relación con los demás y con Dios. Las consecuencias de seguir estas conductas obtienen como resultado la bendición, en cambio, su no observancia toman el camino del desastre.

3.-Dios como liberador

Se tacha en muchas ocasiones como el A.T. muestra a un Dios tirano, vengativo y guerrero. En cambio tenemos muchas muestras de la capacidad que posee Dios en mostrar su amor hacia la humanidad, hacia su pueblo. Un magnífico ejemplo lo tenemos en Jeremías 31:31-34, donde el Señor mediante la renovación del pacto con su pueblo volverá a dar su ley, escribiéndola en el corazón de todos, perdonando la maldad de todo aquel que pecó. Es increíble poder tener un ejemplo como este en las antiguas escrituras, por lo tanto cuando volvamos a escuchar esas cualidades tan “guerreras y tiranas” de Dios que algunos atribuyen a estos textos podremos remitirles a este fragmento

En el libro del Génesis aparece un Dios que es esencialmente un Dios moral, teniendo un trato con el hombre dependiendo de sus propios criterios de justicia y amor y no de su capricho e interés (a diferencia de todas las demás leyendas babilónicas). Este ser superior y creador está ligado muy estrechamente con la naturaleza con lo que, desde este libro, podemos obtener normas e ideas ecológicas que pueden ayudar a la reflexión en nuestra actualidad. 

4.-La iglesia

Después de la destrucción del templo por Nabucodonosor y la masiva deportación (sobre todo de clases altas de la sociedad hebrea) a Babilonia y de que aquellas predicciones de Jeremías se cumplieran, la sociedad judía vuelve a buscar cual ha sido su error. Limitar a Dios en aquellas paredes había traído una mala consecuencia, Dios estaba en las relaciones personales, Dios estaba en nuestros actos y en nuestras acciones y encerrarlo en “cuatro paredes” producía el efecto contrario: Dios se separaba progresivamente del hombre, aumentando la apostasía de éste.

John Drane opinaba que la mayoría del pueblo hebreo sabía que Dios no moraba literalmente en el Templo, pero aún así, era éste el lugar donde se sentía más directamente en presencia de éste. En Sal 68:34-35 se dice incluso que había una excesiva confianza del pueblo sobre la moratoria de Dios en el Templo. Creo que este “acotamiento” a la presencia del Señor influyó mucho en el poder del salterio, algo que podríamos extrapolar a situaciones actuales.

5.-Dios como creador

Crear un mundo tan complejo como el que tenemos, hacer realidades todas las casualidades, control de los acontecimientos que ocurren todos los días… Dios tiene el poder de hacerse dueño de todos los actos y escoger los devenires de la historia (Is 41:8-10). Con esta imagen aparece Yahvé en el A.T., como aquel que ha creado todo y a todos y mantiene el control de la tierra y personas, así como del espíritu de Jehová (Is 40:12-17). Mediante toda esta exposición de ideas entendemos que no puede haber persona que se iguale al Creador, todos estamos en un escalón inferior como seres humanos. La superioridad de Dios nos muestra la igualdad que tiene la humanidad entre ella misma. Todos somos iguales ante Dios y si mantenemos esta relación de igualdad, la diferencia de clases entre hombres no existe.

En Is 40:25-26 se nos dice que Dios está por encima de todos los falsos ídolos que veneran otros pueblos. Esta afirmación cobra mucho más sentido cuando se nos explica que “Dios ha creado las estrellas que otros adoran como ídolos”, con esta frase Jehová se pone por encima de toda otra deidad venerada.

6.-Existencia del Espíritu de Dios

Mediante el Antiguo Testamento la sociedad, el hombre, adquiere los primeros conceptos del Espíritu de Dios. Este Espíritu interviene en la creación de la tierra, dándole forma y siendo dirigido constantemente por el Señor. Se muestra como un hálito, viento, ruah, procedente de la acción de Dios (Gen 1:1). Incluso el Espíritu es mandado por Dios para que actúe sobre otros como en Ezequiel (Ez 37:1-14), con la finalidad de cumplir una tarea específica, pero que muestran la existencia de la tercera persona de la Trinidad que para muchos nos es tan desconocida.

7.- Conclusión

Actualmente estudiamos diferentes formas contemporáneas de emplear el A.T., resultado todas de una gran labor de investigación de muchas personas empeñadas en extraer el mensaje de estos libros y adaptarlo a nuestros días, a nuestras vivencias y a nuestras sociedades. Todas estas hermenéuticas abogan por el entendimiento del mensaje puro del Antiguo Testamento, por el acercamiento a estos sagrados textos apartando nuestros prejuicios y vidas cosmopolitas. Este resultado de corrientes ideológicas ha sido creado por la importancia o la gran personalidad arrolladora que Dios ofrece. La raíz del pensamiento cristiano se plasma en la escritura veterotestamentaria y por lo tanto es primordial conocerla y por supuesto extraer nuestras propias conclusiones que posteriormente las podremos adaptar a nuestra propia forma de vida.

Jose Antonio Flores


Bibliografía

1John William Drane “Introducción al Antiguo Testamento-Edición revisada y actualizada”, Editorial Clie, página 315, edición preparada y revisada por Pedro Zamora, 2004.

2Ibid, página 117-123

5 comentarios:

  1. Hola José Antonio.
    Muy buen artículo. Me ha gustado mucho.
    Un fuerte abrazo!!

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  2. Hola José Antonio.
    Muy buen artículo. Me ha gustado mucho.
    Un fuerte abrazo!!

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