Ellos dijeron: "Unos dicen que eres Juan Bautista; otros dicen que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas."
Jesús les preguntó: "¿Y ustedes, quién dicen que soy yo?" Simón contestó: "Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo." Jesús le respondió: "Feliz eres, Simón Bar-jona, porque no te lo enseñó la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los Cielos.Y ahora, yo te digo: Tú eres Pedro, o sea Piedra, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las fuerzas del infierno no la podrán vencer" (Mateo 16:14-18). En griego, el lenguaje original del Nuevo Testamento, Cristo llama "Piedra" (género masculino) a Pedro. Después dice, "sobre esta piedra" (género femenino) edificaré mi iglesia. ¿Cuál es la roca sobre la cual la iglesia es edificada? La interpretación católica común es que esa roca es Pedro, pero la diferencia de género hace que tal respuesta sea cuestionable. Luego, cinco versículos más adelante, Jesús reprocha a Pedro con tal severidad que lo llama Satanás. En el contexto mismo, entonces, es igualmente posible que la "piedra" sobre la cual está fundada la iglesia se encuentre en la declaración que hizo Pedro: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo.
Si permitimos que otros pasajes de la Biblia, que se refieren al mismo tema, nos ayuden a decidir sobre quién está fundada la iglesia, encontramos que es Cristo. Pues la base nadie la puede cambiar; ya está puesta y es Cristo Jesús (1 Corintios 3:11).
Sin duda Pedro debió haber comprendido si la iglesia estaba fundada en él o en Cristo, y escribió que era en Cristo: El dice en la Escritura: "Coloco en Sión una piedra de base, escogida y preciosa: quien cree en él no quedará defraudado." Así ustedes recibirán honor por haber creído. En cambio, para los incrédulos está escrito: "La piedra que rechazaron los constructores ha pasado a ser piedra de base"; y también: "Contra esta piedra tropezarán y contra esta roca caerán." Tropiezan en ella: esto se refiere a que no creen en la palabra; y en esto se cumple un designio de Dios (1 Pedro 2:6-8). Pedro comprendió que Cristo es la piedra angular, el fundamento de la iglesia, y en este pasaje obviamente se refiere a El.
Cristo mismo dijo: ¿No han leído el pasaje de la escritura que dice: La piedra que los constructores desecharon llegó a ser la piedra principal del edificio? (Marcos 12:10). Los judíos entendieron que al decir esto, Jesús estaba declarando que era el Mesías de ellos, y puesto que no deseaban que El fuera su líder, inmediatamente trataron de matarlo y tropezaron en la piedra, tal como habían predicho las Escrituras. Más tarde lograron su objetivo, pero El resucitó de los muertos y llegó a ser la piedra sobre la cual fue fundada la iglesia. ¿Aceptará usted a Cristo como el fundamento y guía de su vida?
Retornando a Mateo 16:14-18, con este trasfondo bíblico parece claro que la piedra a la que Jesús se refirió no fue Pedro, sino su confesión: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo.
Aunque esto no fuera verdad, y Pedro fuera la piedra sobre la cual se fundó la iglesia, todavía no hay razón bíblica para pensar que la autoridad de Pedro fue transmitida a otros, y que los papas son sus sucesores. Tampoco hay razón para creer que esta idea fue aceptada por la iglesia de los primeros siglos. En realidad, la idea de un "papa" se desarrolló gradualmente, y fue recién en 1870 cuando la infalibilidad del papa llegó a ser dogma. Aun entonces, dentro de la Iglesia Católica hubo una fuerte oposición a esa idea. Simplemente no hay fundamento sólido para la idea de que un hombre, aparte de Jesucristo, tenga sobre nosotros la autoridad que el papa dice tener, aunque haya buenas razones por las que él desee que lo creamos.
Asimismo resulta confuso que el papa relacione su supuesto derecho de autoridad, de infalibilidad y de hacer que otros se postren ante él, con el hecho de ser sucesor de Pedro. Este nunca declaró tales derechos. ¡Todo lo contrario! Cuando una persona intentó postrarse ante él, le dijo: Levántate, que también yo soy hombre (Hechos 10:26).
Además, Pablo consideró necesario reprender severamente a Pedro, no porque éste fuera infalible, sino porque había actuado mal. Pablo escribió: Cuando más tarde vino Cefas (Pedro) a Antioquía le hice frente en circunstancias en que su conducta fue reprensible(Gálatas 2:11). Y este no fue el primer error grave que cometió Pedro. Todos recordamos cómo negó tres veces a Cristo en el momento preciso del juicio y condenación de nuestro Señor. No quiero quitar nada de lo bueno de este gran apóstol, pero no es lógico afirmar que la infalibilidad del papa le fue transferida de un hombre que cometió errores, y que su autoridad sobre la iglesia provino de un hombre que rehusó que la gente se postrara ante él.
Puesto que la verdadera iglesia está fundada en Jesucristo, debemos encontrar una iglesia que no predique otra salvación, basada en obras y sacramentos, sino que tenga como fundamento la Santa Biblia y a Jesucristo, porque para los hombres de toda la tierra no hay otro Nombre por el que podamos ser salvados (Hechos 4:12). Puesto que casi todo lo que se puede saber de Cristo se encuentra en la Biblia, no vaya a una iglesia que tiene otra clase de autoridad, sea el papa, el Libro de Mormón, el Atalaya, o aun las supuestas comunicaciones del pastor de esa iglesia con Dios. Si puede sentirse cómodo en una iglesia a la que no necesita llevar la Biblia, probablemente hay algo malo.
Thomas F. Heinze
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