Como escribía el teólogo John
William Drane1 el Antiguo Testamento es un libro extraño y ajeno al
hombre moderno sea o no cristiano. Los sacrificios no resultan para nada
atrayentes en nuestra sociedad actual y menos aún entendibles. Pero el
conocimiento del Nuevo Testamento nos exige un entendimiento profundo de su
antecesor. Debemos entender que Jesús vivió como judío practicante dentro de
una comunidad hebrea y por lo tanto estos textos y esta fe marcó su forma de
pensamiento y sus actos, siendo primordiales en su vida.
El Antiguo Testamento nos muestra
la personalidad de Dios y las relaciones que tiene con los hombres y con el
mundo. Aspectos como la confianza ciega ante el Señor, cuestiones como qué es
lo que Dios espera del hombre, las primeras muestras del Espíritu Santo, Dios
como creador… son cualidades que pueden aportar a nuestra actual sociedad
multitud de respuestas o ser simples guías de comportamiento, aplicando valores
que hoy en día están casi olvidados o en desuso.
Por este motivo el acercamiento a
estas escrituras, desde nuestra más profunda humildad, nos ayudará a ampliar
nuestro conocimiento en todos aquellos acontecimientos que padeció el pueblo
hebreo y cómo, con la acción y el perdón de Dios, supo encontrar siempre el
camino de vuelta a su tierra, a su nuevo encuentro con Yahvé.
1.-Confianza ciega en Dios.
La confianza ciega en Dios del
cristiano tiene que ser incuestionable. Un ejemplo de pérdida de confianza
hacia Yahvé es el sometimiento de Acaz y su pueblo para conseguir protección de
los asirios. Esta pérdida de confianza (torpeza política de Acaz) tiene como
resultados grandes repercusiones, sobre todo sociales, llegándose a perder gran
parte del territorio judío y experimentando una terrible recesión económica. La
no observancia de las “leyes del Sinaí”
provoca la desgracia automática del pueblo y la destrucción de la sociedad, en
definitiva, un distanciamiento entre Dios y el hombre.
En aquellos momentos en el que
hemos visto al pueblo hebreo distanciado de Dios, nos hemos dado cuenta,
gracias a las descripciones del Antiguo Testamento, que la sociedad judía se
encontraba totalmente perdida y desamparada. Con el esfuerzo personal del
hombre, su humillación ante Dios y arrepentimiento de sus actos, el pueblo
semita, ha sabido renovar su fe y volver a entrar en los brazos de Yahvé.
El Dios del A.T. se muestra como
aquel que está por encima de todo gobernante terrenal, por encima de los tiranos
que oprimen al pueblo (Is 1:21-23) y de sus leyes injustas. Con estas
aclaraciones que nos hace el texto veterotestamentario nos queda claro que
aquella persona que ha mantenido la fidelidad y confianza a Yahvé no tiene nada
que temer, ya que los juicios con duras consecuencias sólo serán para aquellos
que mostraron unas actitudes apartadas de la justicia.
Los ejemplos del cautiverio en
Egipto y en Babilonia son muestras de la recompensa que ofrece Dios a aquel que
mantiene la fidelidad y la confianza a su Señor. La huida de Egipto y la
descripción de la separación de las aguas del Mar Rojo por la acción del Señor
(Is 43:16-17 e Is 51:10) son un regalo al pueblo. Con esta ofrenda el hombre
podrá llegar a la tierra de Canaán así como en Is 48:20-21 donde se explica
que, el día que Babilonia caiga, aquellos judíos que hayan tenido una buena
condición de corazón regresarán a su tierra.
En Ez 16:15-22 vemos otro punto
muy importante: el abandono de Dios por su pueblo por adoptar otras formas de
culto (a otros dioses). Parece que, durante la historia, el pueblo hebreo va
cometiendo los mismos errores y uno de ellos es el olvidarse de todo aquello
que hizo Yahvé por su nación. Pero siempre aparece un mensaje de esperanza
final que, con nuestro arrepentimiento, se consigue el perdón (Ez
16:62-63).
Como ejemplo de confianza en Dios
tenemos el libro de Job. Al final de un camino de sufrimiento, aquel que tiene
una fe inquebrantable, poseerá el encuentro con Dios (Job 16:18-21). El
arrepentimiento de actos o pensamientos cobra de nuevo una gran importancia y
sobre todo aparece la imagen de la duda (una duda honesta e inquisitiva) que se
apodera de este hombre, pero que termina siendo un reforzamiento de la fe con
un magnífico encuentro final con el Señor.
2.- ¿Qué es lo que Dios espera
del hombre?
Miqueas nos habla en 6:6-8 de qué es lo que Dios espera del
hombre, que no es nada fuera de lo normal. El hombre no es necesario que
ofrezca grandes ofrendas sino que debe ser una persona justa, amar con
misericordia y tener presente la
humillación propia ante Dios.
Otros ejemplos de vanas ofrendas
que ofrece el hombre lo encontramos en Is 1:10-15 e Is 29:13. La sinceridad del
acercamiento a Dios es un punto muy destacado en el A.T. El pueblo (o la persona) que se acerca a Dios
sólo por su boca, pero no con su corazón, es un tema en el que se hace mucho
hincapié. Dios espera de nosotros la máxima sinceridad, una sinceridad que debe
estar dentro de nuestro ser y mostrarse en nuestras acciones y relaciones, no
sólo con Dios (ya que estaríamos cayendo en igual hipocresía) si no que debe
ser una cualidad intrínseca de nuestra personalidad.
Además de conocer en profundidad
la personalidad de Dios, las escrituras veterotestamentarias, nos proporcionan
multitud de reglas sociológicas para nuestras relaciones o mejoras personales.
En el libro de J. W. Drane2 ya mencionado encontramos una
explicación de lo que es sabiduría (elementos
del carácter y educación que capacitan para ser un miembro maduro y con éxito
dentro de la sociedad) y aquellas cualidades que debe tener el hombre sabio
como son: conocer la diferencia entre el bien y el mal (1 Reyes 3,9), destreza
política para tratar al pueblo y relaciones internacionales (1 Reyes 5,7-12),
sensibilidad para resolver disputas… Todos estos son ejemplos de comportamiento
social en los que podemos encontrar una guía para nuestro comportamiento
propio, para mejorar nuestra relación con los demás y con Dios. Las
consecuencias de seguir estas conductas obtienen como resultado la bendición,
en cambio, su no observancia toman el camino del desastre.
3.-Dios como liberador
Se tacha en muchas ocasiones como
el A.T. muestra a un Dios tirano, vengativo y guerrero. En cambio tenemos
muchas muestras de la capacidad que posee Dios en mostrar su amor hacia la
humanidad, hacia su pueblo. Un magnífico ejemplo lo tenemos en Jeremías
31:31-34, donde el Señor mediante la renovación del pacto con su pueblo volverá
a dar su ley, escribiéndola en el corazón de todos, perdonando la maldad de
todo aquel que pecó. Es increíble poder tener un ejemplo como este en las
antiguas escrituras, por lo tanto cuando volvamos a escuchar esas cualidades
tan “guerreras y tiranas” de Dios que algunos atribuyen a estos textos podremos
remitirles a este fragmento
En el libro del Génesis aparece
un Dios que es esencialmente un Dios moral, teniendo un trato con el hombre
dependiendo de sus propios criterios de justicia y amor y no de su capricho e
interés (a diferencia de todas las demás leyendas babilónicas). Este ser
superior y creador está ligado muy estrechamente con la naturaleza con lo que,
desde este libro, podemos obtener normas e ideas ecológicas que pueden ayudar a
la reflexión en nuestra actualidad.
4.-La iglesia
Después de la destrucción del
templo por Nabucodonosor y la masiva deportación (sobre todo de clases altas de
la sociedad hebrea) a Babilonia y de que aquellas predicciones de Jeremías se
cumplieran, la sociedad judía vuelve a buscar cual ha sido su error. Limitar a
Dios en aquellas paredes había traído una mala consecuencia, Dios estaba en las
relaciones personales, Dios estaba en nuestros actos y en nuestras acciones y
encerrarlo en “cuatro paredes” producía el efecto contrario: Dios se separaba
progresivamente del hombre, aumentando la apostasía de éste.
John Drane opinaba que la mayoría
del pueblo hebreo sabía que Dios no moraba literalmente en el Templo, pero aún
así, era éste el lugar donde se sentía más directamente en presencia de éste.
En Sal 68:34-35 se dice incluso que había una excesiva confianza del pueblo
sobre la moratoria de Dios en el Templo. Creo que este “acotamiento” a la
presencia del Señor influyó mucho en el poder del salterio, algo que podríamos
extrapolar a situaciones actuales.
5.-Dios como creador
Crear un mundo tan complejo como
el que tenemos, hacer realidades todas las casualidades, control de los
acontecimientos que ocurren todos los días… Dios tiene el poder de hacerse
dueño de todos los actos y escoger los devenires de la historia (Is 41:8-10).
Con esta imagen aparece Yahvé en el A.T., como aquel que ha creado todo y a
todos y mantiene el control de la tierra y personas, así como del espíritu de
Jehová (Is 40:12-17). Mediante toda esta exposición de ideas entendemos que no
puede haber persona que se iguale al Creador, todos estamos en un escalón
inferior como seres humanos. La superioridad de Dios nos muestra la igualdad
que tiene la humanidad entre ella misma. Todos somos iguales ante Dios y si
mantenemos esta relación de igualdad, la diferencia de clases entre hombres no
existe.
En Is 40:25-26 se nos dice que
Dios está por encima de todos los falsos ídolos que veneran otros pueblos. Esta
afirmación cobra mucho más sentido cuando se nos explica que “Dios ha creado las
estrellas que otros adoran como ídolos”, con esta frase Jehová se pone por
encima de toda otra deidad venerada.
6.-Existencia del Espíritu de
Dios
Mediante el Antiguo Testamento la
sociedad, el hombre, adquiere los primeros conceptos del Espíritu de Dios. Este
Espíritu interviene en la creación de la tierra, dándole forma y siendo
dirigido constantemente por el Señor. Se muestra como un hálito, viento, ruah,
procedente de la acción de Dios (Gen 1:1). Incluso el Espíritu es mandado por
Dios para que actúe sobre otros como en Ezequiel (Ez 37:1-14), con la finalidad
de cumplir una tarea específica, pero que muestran la existencia de la tercera
persona de la Trinidad
que para muchos nos es tan desconocida.
7.- Conclusión
Actualmente estudiamos diferentes
formas contemporáneas de emplear el A.T., resultado todas de una gran labor de
investigación de muchas personas empeñadas en extraer el mensaje de estos
libros y adaptarlo a nuestros días, a nuestras vivencias y a nuestras
sociedades. Todas estas hermenéuticas abogan por el entendimiento del mensaje
puro del Antiguo Testamento, por el acercamiento a estos sagrados textos
apartando nuestros prejuicios y vidas cosmopolitas. Este resultado de
corrientes ideológicas ha sido creado por la importancia o la gran personalidad
arrolladora que Dios ofrece. La raíz del pensamiento cristiano se plasma en la
escritura veterotestamentaria y por lo tanto es primordial conocerla y por
supuesto extraer nuestras propias conclusiones que posteriormente las podremos
adaptar a nuestra propia forma de vida.
Jose Antonio Flores
Bibliografía
1John William Drane “Introducción
al Antiguo Testamento-Edición revisada y actualizada”, Editorial Clie,
página 315, edición preparada y revisada por Pedro Zamora, 2004.