lunes, 20 de enero de 2014

Un gran convento laico.

La vida ciudadana en Ginebra en la segunda mitad del s. XVI, llegó a ser una bibliocracia, pese a la dificultad de que sus regulaciones,para el control de toda la población, no puediera fundamentarse en los textos evangélicos.
Indicaciones de la vida diaria:
1. Vestir sin lujo.
2. Evitar los bailes.
3. Moderar el lenguaje,
4. expulsar de las bibliotecas los libros frívolos.
5. Prohibido los juegos de azar.
6. Prohibido las bebidas alcoholícas.
7. Todo individuo expuesto a la embriaguez, a la danza o por oposición a la Palabra de Dios debería sujetarse a un severo control.
8. Para evitar todo recuerdo del catolicismo romano, todo niño nacido después del 1550 debería llevar por nombre el de un personaje bíblico.
Indicaciones para las prácticas cristianas:
1. Prohibido los cánticos que no fueran salmos.
2. La asistencia  a los servicios religiosos era obligatorio.
3. Vivir en un estado de oración silenciosa.
4. Mantener el espíritu libre de cualquier lazo carnal.
5. La celebración cristiana consistia en oraciones, lectura de la Biblia, el sermón y canto de salmos.
6. En las capillas no debía haber ornamentos.
7. Prohibido el uso de altares.
8. Prohibido el uso de cruces.
9. Tan sólo un púlpito o una simple mesa.
Así, Ginebra, con trece mil habitantes en esta época, bajo un férreo control, podría llegar a ser un gran convento laico.

Joseph M. Walker.


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