La buena noticia que se anuncia a los pobres
y que algunos hemos olvidado
es la noticia de que Dios es Padre para todos.
La buena noticia de que la salvación
viene de Dios
y ya se la ha concedido a todos.
La buena noticia de que Dios
no va a
pedirnos cuenta de nuestros pecados,
sino que no ha liberado ya de todos ellos.
La buena noticia de que no son los sabios y entendidos
los que descubrirán ese Dios
sino los sencillos.
La buena noticia de que no son los que detentan el poder,
sea
civil o religioso,
los que están más cerca de Dios,
sino los que lo sufren y
padecen.
La buena noticia de que no son lo buenos
los que encontrarán a Dios de
cara a cara,
sino las prostitutas y los pecadores.
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