1. Señala los hechos, en vez de descalificar a las personas.
2. Escucha, en vez de interumpir.
3. Pide aquello que te gustaría que sucediera, en vez de exigirlo.
4. Respeta la opinión del otro, en vez de ironizar sobre ella.
5. Pregunta lo que la otra persona siente y le motiva, en vez de interpretarlo a tu manera.
6. Acepta la idea que tu también puedes estar errado, en vez de centrar tu discurso en los errores ajenos.
7. Reconoce las cosas buenas del otro, no solo veas las malas.
8. Si quieres discutir que sea sobre algo actual, los trapos viejos ya no tienen valor.
9. Cuando vayas a herir, mejor calláte, las palabras duras son como un arma.
10. Hablar es más sano que gritar.
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